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Jorge Mario Bergoglio, el papa Francisco, falleció este lunes, a los 88 años de edad, luego de haber pasado más de un mes internado en el hospital por problemas respiratorios y después de que el domingo de Pascua salió a saludar a los fieles en la Plaza de San Pedro, un último gesto de un Pontífice cuyo estado de salud llevaba tiempo siendo frágil.
Sus problemas de salud comenzaron mucho antes de que fuera elegido Papa, el 13 de marzo de 2013.
En 1957, cuando tenía 21 años, Bergoglio sufrió una infección respiratoria que se le complicó y obligó a los médicos a extirpar parte de un pulmón. En su momento el argentino reconoció que pensó que moriría.
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Fue tratado además con acupuntura china por un dolor de espalda que padecía; sufría de cálculos en la vesícula biliar, y en 2004 tuvo un problema cardíaco “temporal” debido a un ligero estrechamiento de una arteria.
Aunque en un principio su fragilidad lo hizo ver como poco papable, finalmente se convirtió en 2013 en el primer Papa proveniente de América Latina.
Pero sus problemas de salud continuaron en su pontificado. En 2019 se sometió a una pequeña cirugía de cataratas en la Clínica Pío XI, en Roma. La intervención se realizó en secreto y no se informó de ella hasta tiempo después, para acallar las versiones que surgieron en su momento.
En julio de 2021 estuvo 10 días en el hospital Gemelli en Roma, por un estrechamiento del intestino grueso. Los médicos le extirparon 33 centímetros del colon.
En mayo de 2022, debido a un problema en la rodilla derecha, tuvo que empezar a utilizar silla de ruedas. También llegó a ocupar bastón y andador.
Pese a las limitaciones de salud, en septiembre de 2024 realizó el que sería el viaje más largo de su pontificado, a Indonesia, Papúa Nueva Guinea y Singapur.
En diciembre de 2022, Francisco reveló que había firmado una carta de renuncia hacía casi una década, en caso de que su estado de salud le impidiera desempeñar sus funciones. “Firmé ya mi renuncia en caso de impedimento médico”, indicó una entrevista al diario español ABC. Se la entregó en 2013 al entonces secretario de Estado del Vaticano, Tarcisio Bertone. Sin embargo, después resaltaría que no planeaba renunciar y que no quería convertir la renuncia papal en una "moda", al recordar que su antecesor, Benedicto XVI, renunció, generando una situación inédita de dos Papas vivos, uno emérito y el otro en funciones.
El 24 de enero de 2023, el Papa dijo en una entrevista con la agencia Associated Press que la diverticulosis, o bultos en la pared intestinal, que había motivado la cirugía de 2021 había regresado, pero estaba bajo control.
A fines de marzo de ese mismo año, Francisco estuvo internado tres días en el hospital Gemelli debido a una infección respiratoria. Se le diagnosticó bronquitis aguda y fue atendido con antibióticos intravenosos.
En junio de 2023 fue sometido a una cirugía abdominal para extirpar tejido cicatricial y reparar una hernia abdominal; fue dado de alta nueve días después.
El pasado 6 de enero, Francisco apareció con un cabestrillo, después de una caída que le dejó un hematoma en el brazo derecho, apenas unas semanas después de que otra aparente caída le dejara un hematoma en la barbilla.
El 14 de febrero fue hospitalizado, al agravarse un cuadro de bronquitis; ya en el Gemelli, el jerarca desarrolló una infección pulmonar compleja y neumonía bilateral.
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Francisco cumplió 12 años como Pontífice en el hospital, del que finalmente fue dado de alta el 23 de marzo, tras 38 días internado. Desde entonces, hizo diversas apariciones sopresa en El Vaticano, y el domingo deseó felices pascuas a los fieles reunidos en la Plaza de San Pedro, aunque se le veía débil, con un hilo de voz muy delgado.
El Vaticano anunció que la muerte del Papa se produjo este lunes a las 7:35 horas en su residencia de la Casa Santa Marta.
