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Washington, D.C. De un lado, la gente corea: "¡USA, USA! y ¡EU será grande de nuevo!". Del otro, el clamor es: "¡Seguiremos luchando!". Simpatizantes y detractores de Donald Trump se manifestaban, unos en tono festivo, otros sombrío, en la víspera de la toma de posesión del republicano como presidente de Estados Unidos. En ambos lados, la pasión desbordaba.
Las calles alrededor del Capital One Arena están llenas de vida desde las primeras horas de la mañana. Miles de seguidores de Trump llegaron de todas partes del país para presenciar el "MAGA Victory Rally", un evento que será encabezado por el mandatario electo que simboliza la fuerza y unidad de su base política antes de su segunda investidura.
El aire es vibrante y está lleno de cánticos, risas y el eco constante de consignas como "¡USA! ¡USA!" y "¡Hacer a EU Grande Otra Vez!". Las personas, muchas con gorras rojas y banderas estadounidenses en mano, esperan pacientemente en largas filas que serpentean por las calles cercanas al estadio. Carpas improvisadas de vendedores ofrecen desde camisetas y tazas hasta pancartas personalizadas con mensajes de apoyo a Trump. Las notas de canciones patrióticas y country llenan el ambiente, amplificando el ánimo festivo que se respira.
Entre la multitud, hay una palpable mezcla de orgullo y determinación. Familias enteras, grupos de amigos y personas mayores comparten historias de sus viajes para llegar al evento, mientras expresan su entusiasmo por lo que consideran un nuevo capítulo de esperanza para Estados Unidos. Algunos portan carteles con frases como "Drain the Swamp" (drenar el pantano) y "Promises Made, Promises Kept (promesas hechas, promesa cumplidas)", mientras discuten temas políticos y se toman fotografías para inmortalizar el momento; todo bajo una lluvia casi indetectables que por momentos se convierten en copos de nieve.
En las inmediaciones de la ciudad, otro tipo de movimiento cobra vida. Grupos de manifestantes, congregados bajo el lema "We Fight Back" (Seguiremos peleando), organizan su propia jornada. La atmósfera aquí es más seria, pero igualmente cargada de energía y convicción. Portan carteles que critican las políticas de la nueva administración y alzan consignas en defensa de los derechos civiles y sociales. Su presencia, aunque distante del Capital One Arena, subraya la diversidad de opiniones que define a la sociedad estadounidense.
El despliegue de seguridad es notable en toda la capital estadounidense. Barricadas, retenes y una amplia presencia policial buscan garantizar el orden durante los eventos. Las autoridades han declarado que se han tomado todas las medidas necesarias para evitar disturbios y preservar la tranquilidad, pero la tensión en algunos sectores es inevitable.
Mas de 20 mil elementos de distintas corporaciones están presentes en la capital estadounidense; de los cuales al menos la mitad pertenecen a las fuerzas armadas de Estados Unidos, incluida Guardia Nacional y el resto son agentes activos del Servicio Secreto, el FBI y decenas de corporaciones policiacas de diversos estados de la Unión American. Washington DC es una fortaleza a la espera de que Donald Trump jure como el presidente 47.
A medida que el día avanza, el ambiente festivo alrededor del Capital One Arena contrasta con el tono reflexivo de las manifestaciones en otras partes de DC. Sin embargo, ambos escenarios comparten algo en común: la pasión de sus participantes. Mientras unos celebran el regreso de un líder en quien depositan sus esperanzas, otros luchan por recordar que la democracia también se trata de exigir y cuestionar.
Este día en Washington D.C. es un microcosmos de la sociedad estadounidense: una nación vibrante, pero también preocupada por el impacto que tendrá el regreso de Trump y, sobre todo, profundamente dividida. El 19 de enero de 2025 no solo es un preludio de una nueva administración, sino también un recordatorio de que la política sigue siendo un terreno donde las voces de muchos encuentran su eco, ya sea en celebración o en protesta.
LL