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Un militar grecochipriota que reconoció haber asesinado a siete mujeres inmigrantes (entre ellas dos madres con sus hijas) fue condenado este lunes a siete penas de cadena perpetua por un tribunal de Nicosia , tras el juicio por un caso que ha conmocionado a la isla del Mediterráneo.
Se trata de la primera condena hasta ahora pronunciada en Chipre por siete asesinatos en serie.
"El acusado montó una campaña para matar mujeres indefensas ", reza un pasaje de la sentencia, de la cual la AFP tuvo acceso a una copia.
Nicos Metaxas, un militar de 35 años, se declaró culpable desde la apertura de su caso, y admitió haber asesinado a cuatro filipinas -entre ellas una madre con su hija-, una rumana también con su hija y a una nepalí, entre septiembre de 2016 y el verano (boreal) de 2018.
Algunos de los cadáveres los arrojó en dos lagos con aguas tóxicas.
"Reconozco mi culpabilidad (...) Presento mis excusas a las familias de las víctimas y al alma de las víctimas", declaró el acusado dirigiéndose a los jueces.
Estos crímenes han causado una onda de choque a nivel social en Chipre, con muchas voces que se han alzado acusando a la policía y al poder judicial de "racismo" y "negligencia" por no haber tomado seriamente la desaparición de estas trabajadoras inmigrantes. Los cuerpos de algunas de ellas fueron recuperados casi tres años después de su desaparición.
Ante el escándalo y las manifestaciones , el jefe de la Policía fue destituido y el ministro de Justicia había renunciado.
Llegado al tribunal bajo medidas de alta seguridad, Metaxas compareció sin abogado y reconoció haber cometido "crímenes odiosos".
"La sociedad chipriota se preguntará cómo uno de sus miembros pudo caer tan bajo. Yo también me pregunto por qué. Pero aún no he logrado encontrar la respuesta. He cometido delitos odiosos ", afirmó Metaxas , quien parecía contener las lágrimas.
La cadena perpetua equivale a 25 años de prisión en Chipre. Cinco de sus penas serán aplicadas en forma consecutiva, convirtiendo en algo muy poco probable la liberación de Metaxas.
La detención del sospechoso tuvo lugar el 18 de abril, cuatro días después de que un turista alemán encontrara por azar el primer cadáver de una de las víctimas del asesino.
Cuando este turista se encontraba tomando fotografías de pozos de minas en el suroeste de Nicosia , el cadáver de una filipina de 38 años, identificada como Mary Rose Tiburcio, emergió a la superficie a causa de lluvias torrenciales que habían inundado algunos pozos.
Los cadáveres de las otras seis víctimas , entre ellos los de las dos niñas, fueron encontrados tras una intensa campaña de búsqueda, en particular en las aguas tóxicas de dos lagos en el mismo sector minero.
Uno se encontraba dentro de una valija, en tanto el de una niña de seis años, recuperado el 12 de junio, estaba envuelto en una alfombra y lastrado con un bloque de cemento.
Muchos inmigrantes asiáticos y rumanos trabajan en Chipre, con unos 860 mil habitantes, sobre todo en tareas en los sectores doméstico y de la agricultura.
"El asesino eligió a mujeres inmigrantes , aisladas y vulnerables. Si hubiera secuestrado a una chipriota, su familia y amigos se habrían movilizado y la investigación policial habría sido fácil", había declarado a la AFP Andreas Karpadis, criminólogo y profesor emérito de la universidad de Chipre, en Nicosia.
Para la asociación de ayuda a los migrantes Kisa la falta de una investigación sobre las desapariciones de estas mujeres extranjeras refleja la manera en que, por lo general, son tratadas por la administración.
El diario en inglés Cyprus Mail denunció en mayo "el desprecio racista hacia (...) mujeres extranjeras que intentan salir adelante en Chipre".
El presidente chipriota, Nicos Anastasiades, había denunciado "una falta al deber por parte de la policía" en la investigación y prometió una mayor protección para los trabajadores extranjeros.
lsm