Más Información
Fanáticos del Cruz Azul llegan al Estadio Ciudad de los Deportes tras su reapertura; refuerzan seguridad e instalan puesto de mando
Marilyn Cote sin licencia sanitaria ni certificación del personal, confirma Cofepris; promueve denuncia por usurpación de funciones
Sheinbaum: de los pueblos van a salir los nuevos jueces; se compromete a electrificar comunidades de Durango
Un cura de la diócesis de Meaux , en las afueras de París , que abofeteó a un bebé durante un bautizo fue suspendido el viernes "de cualquier celebración de bautizo y boda ", después de que las imágenes suscitaran indignación en las redes sociales.
En un video difundido el jueves y visto millones de veces, se ve a este cura , de 89 años, oficiando en la colegiata de Champeaux y a punto de bautizar a un bebé que no para de llorar.
Después de agarrarle la cara y pedirle que se "calme", le da una cachetada , ante la mirada atónita de sus padres.
"Esta pérdida de sangre fría puede explicarse por el cansancio de este sacerdote , mayor, pero esto no lo disculpa", afirmó la diócesis en un comunicado, que precisó que el religioso "consciente de este gesto inapropiado (...) pidió disculpas a la familia al final del bautizo ".
La encargada de prensa de la diócesis explicó a "CheckNews" que el clérigo ha pedido perdón a la familia y que, aunque su gesto no es excusable, sí es "explicable: un bautismo es largo y el bebé lloraba mucho".
Monseñor Nahmias, obispo de Meaux, tomó "medidas cautelares para que el sacerdote sea suspendido de cualquier celebración de bautizo y boda ", agregó el texto.
"Estas medidas le imponen también que no intervenga más en la colegiata de Champeaux a partir de ahora y que solo celebre misas por pedido del párroco", precisó la diócesis.
Interrogado el viernes en la radio Franceinfo, el religioso intentó quitarle importancia al gesto. "Fue entre una caricia y un cachete. Quería tranquilizarlo, no sabía muy bien cómo hacerlo", dijo.
"A su edad son grandes como para saber que está pasando algo, pero todavía demasiado pequeños para entenderlo. El niño gritaba mucho y yo tenía que girarle la cabeza para derramarle el agua. Le decía 'cálmate' pero no se calmaba. Intenté acercármelo para intentar que se tranquilizara, pero no lo hizo", abundó el cura.
ae