San José.— Cuba cambiará hoy su estructura política tras casi 61 años de revolución, pero persistirá una realidad: el dominio omnipresente de indiscutible autoridad superior del Partido Comunista seguirá bajo control del general y exgobernante Raúl Castro, de 88 años, como Primer Secretario y mando máximo sobre el aparato estatal y ministerial administrado por el presidente Miguel Díaz-Canel, de 59.
La Asamblea Nacional elegirá presidente y vicepresidente con el rango “de la República”, restablecido por primera vez desde el 2 de diciembre de 1976, cuando surgió la anterior Constitución. La inminente designación de Díaz-Canel como presidente “de la República” atizará el reclamo de Estados Unidos de que en Cuba no hay democracia ni elecciones libres y es una dictadura, por lo que Washington reforzaría el embargo económico total que impuso el 3 de febrero de 1962 a La Habana y parcial desde octubre de 1960.
Sin rivales ni voto popular directo y en elección de la Asamblea, Díaz-Canel se convirtió el 19 de abril de 2018 en presidente de los consejos de Estado y de Ministros por cinco años y opción de otro quinquenio, en reemplazo del general y en el primer gobernante sin apellido Castro desde 1976, cuando se eliminó “de la República”. También fue el quinto presidente a partir de que Fidel Castro —nacido el 13 de agosto de 1926 y muerto el 25 de noviembre de 2016— entró victorioso a La Habana el 8 de enero de 1959 y se erigió como Comandante en Jefe.
El líder revolucionario lanzó una guerra de guerrillas el 2 de diciembre de 1956 contra la dictadura de Fulgencio Batista y gobernó como primer ministro del 16 de febrero de 1959 al 2 diciembre de 1976, para asumir la presidencia de los consejos.
Otros presidentes “de la República” en revolución fueron Manuel Urrutia (1908-1981), del 2 de enero al 17 de julio de 1959, y Osvaldo Dorticós (1919-1983), del 17 de julio de 1959 al 2 de diciembre de 1976.
Por salud, el Comandante Fidel cedió temporalmente la presidencia de los consejos al general Raúl el 31 de julio de 2006 y de manera definitiva desde el 24 de febrero de 2008. Como Primer Secretario del Partido —el poder real— ejerció del 3 de octubre de 1965 al 19 de abril de 2011 y pasó el timón partidista a su hermano, quien lo preservará hasta al menos el 19 de abril de 2021.
Los cambios de hoy fueron aprobados el pasado 24 de febrero por unos 8 millones de cubanos en referendo constitucional. La Carta Magna evitó reformas políticas, como aceptar multipartidismo y pluralismo, prolongó el partido único y reconfirmó a Cuba como Estado socialista irrevocable. El partido “es la fuerza dirigente superior” para construir el socialismo y avanzar a “la sociedad comunista”, ratificó.
Por eso, y bajo la consigna castrista de que en revolución todo y fuera de revolución nada, la disidencia es castigada en Cuba con represión, exilio o cárcel y repudiada como vía mercenaria proWashington.