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San Diego.— Una redada del Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE) en uno de los restaurantes más conocidos de San Diego, California, donde los agentes se presentaron armados y que derivó en caos total y enfrentamientos, desató la indignación de congresistas y funcionarios del estado.
“Fue un grave error; no era ni el lugar ni el momento adecuado para un operativo así”, dijo el congresista Juan Vargas al referirse a la redada realizada la tarde del viernes pasado en el restaurante y enoteca italiano Buona Forchetta. El legislador demócrata detalló que el restaurante familiar, en una zona residencial, estaba lleno de comensales cuando agentes enmascarados que portaban armas tácticas y de alto poder “irrumpieron para detener a un trabajador que limpia mesas, porque no tenía identificación a la mano”.
El restaurante anunció que permanecería cerrado hasta hoy, martes. “Ojalá encontráramos palabras más fuertes, pero tenemos el corazón roto. El incidente traumático que involucró a agentes federales en nuestra sucursal original, en South Park, dejó una marca en todos nosotros. Una herida que aún está abierta”, señaló la compañía.
Cuatro empleados del restaurante, tres mexicanos y un colombiano, fueron detenidos. “Ni siquiera se les permitió buscar sus identificaciones”, dijo el gerente. Comensales confrontaron a los agentes, a los que obligaron a replegarse, mientras les gritaban que se fueran y los grababan. En respuesta, los agentes de ICE lanzaron dos granadas de humo para tratar de dispersarlos, lo que molestó más a los clientes desatando el caos y escenas de pánico.
El congresista Scott Peters criticó que, lejos de cumplir la promesa de enfocarse en detener a indocumentados criminales, a los agentes de ICE se les ordenó una operación con armas tácticas “para detener a una persona que limpia mesas, a un mesero y un ayudante de cocinero”.
Desde el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, redadas en restaurantes, obras en construcción e incluso afuera de juzgados donde se realizan audiencias migratorias se han vuelto cada vez más comunes, parte de la política del gobierno federal para hallar y expulsar a indocumentados. El subjefe de despacho de la Casa Blanca, Stephen Miller, principal impulsor de la política migratoria, ha dicho que la administración se está fijando un objetivo de 3 mil arrestos diarios por parte del ICE y que el número podría aumentar.
De acuerdo con datos del ICE, “casi mil 500 extranjeros ilegales” fueron detenidos en Massachusetts “en los últimos 30 días”, en lo que definió como una operación policial centrada en “la delincuencia organizada trasnacional y las bandas”. Según el ICE, entre los detenidos hay “asesinos, violadores, traficantes de drogas, depredadores sexuales de menores y miembros de violentas bandas criminales trasnacionales”. Las autoridades señalaron que planean expulsar a todos los arrestados.
En tanto, un juez bloqueó el intento del gobierno de revocar el estatus de protección temporal (TPS) para unos 5 mil venezolanos, quienes podrán seguir trabajando y viviendo en EU a pesar de un fallo de la Corte Suprema que revoca las protecciones mientras su demanda contra la administración Trump está pendiente. El juez Edward Chen, de San Francisco, dijo que los venezolanos cuyo TPS se extendió hasta octubre de 2026 no se ven afectados por la orden del Supremo y no son elegibles para la deportación.