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Miami. Desde el 6 de junio, Estados Unidos vive una de las más amplias movilizaciones en defensa de los derechos migrantes desde las marchas de 2006, cuando se promovió ‘un día sin inmigrantes’ y que marcó esta lucha de los inmigrantes en Estados Unidos. Lo que comenzó como una serie de redadas en vecindarios de Los Ángeles, sin órdenes judiciales, derivó en una ola de protestas que se ha extendido a más de 35 ciudades en 19 estados de la Unión Americana; generando no sólo una reacción comunitaria, sino un enfrentamiento entre el poder federal y gobiernos locales, entre ICE y la ciudadanía, entre el miedo institucional y la resistencia civil.
Además de las decenas de enfrentamientos y las más de 370 detenciones en promedio en diversas ciudades del condado de Los Angeles, en San Francisco, las jornadas han sido una radiografía de los acontecimientos. Miles de personas tomaron las calles en Mission, frente al juzgado federal y las estaciones de BART (Bay Area Rapid Transit) que son parte del sistema de tren metropolitano que conecta ciudades clave del área de la Bahía de San Francisco, incluyendo San Francisco, Oakland, Berkeley, Richmond, Daly City y el Aeropuerto Internacional de San Francisco (SFO), entre otras; no sólo para condenar los arrestos, sino para exigir también la liberación de David Huerta, figura emblemática del sindicalismo migrante en California. “Estamos aquí para exigir la liberación de David Huerta, porque defender derechos laborales no es un crimen”, dijo Olga Miranda, presidenta del sindicato (SEIU Local 87); “esta ciudad se construyó con manos migrantes, nuestra identidad es ser santuario, y eso no lo vamos a negociar”.
El alcalde Daniel Lurie lo expresó con dureza y claridad, “estas tácticas… buscan infundir miedo… hacen que la gente tenga miedo de ir a trabajar o de enviar a sus hijos a la escuela”. La policía reporta 158 detenidos, incluyendo seis menores. “La mitad de los arrestados viven en San Francisco, la otra mitad son de otras ciudades”, precisó el jefe interino del SFPD, Paul Yep. Desde el asfalto, Justine Levan, estudiante hija de inmigrantes vietnamitas, alzó la voz, “mis padres llegaron sin papeles, con miedo, pero ahora yo estudio en Berkeley. ¿Eso es motivo de persecución?”. Reem Assil, fundadora del restaurante Reem’s California, hizo una reflexión y un llamado. “nos sentimos precarios, con miedo, pero unidos; mientras más cuidemos unos de otros, más seremos comunidad”.
En Nueva York, donde suman alrededor de 86 detenidos, los rostros eran otros, pero el mensaje idéntico. Foley Square se volvió territorio de una ciudad que no se resigna. La concejala Shahana Hanif declaró públicamente que “Nueva York seguirá siendo una ciudad santuario. No vamos a permitir que las tácticas de intimidación de ICE silencien nuestras comunidades”. El defensor público Jumaane Williams exigió una investigación independiente sobre la cooperación entre el NYPD y agentes federales. “Lo que estamos viendo es una militarización sin precedentes del espacio público bajo la excusa del orden”, dijo. La comisionada Jessica Tisch confirmó más de ochenta arrestos esa noche, aunque activistas como Alina Rodríguez, enfermera dominicana del Bronx, acusó que se trata de detenciones arbitrarias y preguntó a los agentes de ICE, “si me sacan a mí, ¿quién cuida a sus abuelas en los hospitales?”.

En Houston, frente al tribunal migratorio en South Gessner, la protesta fue masiva también. Aura Espinosa, portavoz de FIEL, una de las organizaciones proinmigrantes presentes, sostuvo que “nuestras calles se han llenado de terror y no podemos quedar en silencio”. Su hermano César añadió que “estamos hablando de personas que limpian hospitales, cocinan en restaurantes, cuidan niños; su labor es esencial. No se puede castigar al trabajador digno y honesto que paga impuestos”. Un residente de Mission Bend relató que su vecino, un hombre de la tercera edad que cuidaba a su nieta, fue arrestado sin explicación, “es un hombre bueno, trabajador, lo sacaron como si fuera un criminal”.
En Austin, la marcha del lunes 9 de junio desde el Capitolio al edificio federal Jake Pickle terminó con 14 arrestos tras la intervención de la policía estatal con gases lacrimógenos. Una manifestante gritaba, “si todo eso ha pasado en Los Ángeles, ¿qué pasará aquí? Estamos firmes. Quien tenga miedo, sepa que no están solos”. Greg Abbott, por su parte, declaró públicamente que “protestar en paz es legal, pero si cruzan la línea, serán arrestados”.

"Esto no es un operativo, es una cacería": así lo perciben migrantes en varías ciudades de EU
En San Antonio, Ruby Jiménez, madre de tres hijos y líder comunitaria, resumió lo que se vivía desde las banquetas del centro, “esto no es un operativo, es una cacería. Agentes encubiertos nos siguen saliendo del trabajo guiados solo por nuestra apariencia, esperando en las cortes a quienes quieren cumplir la ley. Nos quieren quebrar, pero aquí estamos también quienes ya somos ciudadanos -estadounidenses- defendiendo a los más vulnerables de nuestra comunidad”. El jefe de policía William McManus reconoció que la Guardia Nacional había sido desplegada “sin previa coordinación” y advirtió que “la ciudad no ha sido informada de sus movimientos. Estamos preparados, pero esto rompe el acuerdo federal-local”.
Atlanta también se sumó. Shaekia Calhoun, de la Union of Southern Service Workers, denunció que “la única forma de ver un cambio es unirnos como uno solo”. Toni Pastore, de Decatur, marchaba con una foto de su bisabuelo italiano que llegó sin documentos: “Esto ya lo vivimos. Esta vez no vamos a mirar hacia otro lado”.
En Boston, Chrissy Lynch, presidenta del sindicato AFL‑CIO estatal, advirtió que lo que estaba en juego no era sólo la migración, “cuando ICE ataca y detiene a manifestantes pacíficos y honestos, destruye las libertades fundamentales de las que depende nuestro movimiento laboral. Si Huerta puede ser arrestado por ejercer sus derechos, ¿quién será el próximo?”. Mary Devlin, maestra jubilada, declaró a un medio local que “estoy aquí por mis alumnos, me sumo a su sufrimiento y a sus exigencias de respeto humano; no me van a callar”.
Convocan a marcha del "No Kings Day"
En Los Ángeles, epicentro de la movilización, las organizaciones de inmigrantes y sindicatos ya han convocado a una megamarcha para el 14 de junio, bajo el lema ‘No Kings Day’ o ‘Día Contra los Reyes’ como respuesta al desfile militar programado por Trump el mismo día de su cumpleaños. Los organizadores prometen una presencia masiva junto a miles de personas que confluirán desde el centro, el Fashion District y Boyle Heights, denunciando la militarización del espacio público.En San Francisco, se anunció un acto simultáneo el sábado por la tarde en Civic Center Plaza, replicando las voces de rechazo y solidaridad, con llamados a defender el estatus santuario y la familia migrante.
San Antonio prepara dos movilizaciones, una el 11 de junio frente al tribunal de inmigración y otra el 14 de junio; una gran marcha central en Travis Park, pese a la presencia de la Guardia Nacional, convocada por el grupo conocido como 50501. En Austin, se anuncia una segunda manifestación en el Capitolio estatal el sábado 14, coordinada con activistas del PSL y United We Dream, quienes recalcan que “el miedo no calla a la vida”.
Houston se suma con la marcha “Chant Down the Walls” el viernes 13, mientras se prepara otra protesta grande para el sábado 14 ante el centro de detención de ICE, apoyada por FIEL y Trae tha Truth. Dallas también se unirá el 14 con actos ciudadanos en plazas públicas, en solidaridad con Los Ángeles y al margen del discurso oficial.

Chicago, que ya ha sido escenario de marchas y arrestos, acogerá una marcha ciudadana alrededor de la Federal Plaza también el Día del “No Kings”, organizada por ICIRR, SEIU y OCAD. En Nueva York, las voces progresistas vinculadas a Make the Road NY y Hispanic Federation han activado una protesta frente a Federal Plaza, sincronizada con las marchas de Los Ángeles.
En Boston, se alista una concentración en City Hall Plaza el sábado 14, impulsada por el sindicato AFL‑CIO y MIRA, con pancartas que exigen detener las redadas y defender los derechos laborales y civiles. En Atlanta, Philadelphia, Denver, Seattle, Portland (ME), Phoenix, Portland (OR), Sacramento, Tampa y Baltimore, se han activado protestas coordinadas para el 14 en parques centrales, plazas y oficinas de ICE, con organizaciones locales anunciando eventos de visibilidad y declaración política.
En Las Vegas, se espera una marcha desde el centro hasta la oficina de ICE; en Honolulu se llevará a cabo una concentración cultural; y en San Diego, se realizará un evento simultáneo en Civic Center Plaza. Según los organizadores, estas protestas en más de mil 500 ciudades —incluidas Phoenix, St. Louis, Las Vegas, Honolulu y decenas más en Florida, Ohio, Michigan y Wisconsin— forman parte de un pacto de movilización nacional coordinado por grupos como Indivisible y 50501, bajo el mensaje: ‘No Kings Day’, en rechazo al desfile militar que se llevará a cabo en Washington DC y en defensa de valores democráticos.
Este despliegue muestra a un país que no solo protesta, sino que se organiza en torno a una fecha de fuerte simbolismo político: el cumpleaños presidencial. Desde el corazón de California hasta las islas de Hawái, la convocatoria busca poner en evidencia que las comunidades migrantes no están aisladas sino bañadas de solidaridad nacional; y que el 14 de junio marcará un pulso entre el autoritarismo militar y una ciudadanía unida por los derechos fundamentales.
Son muchas las ciudades que han sumado sus pasos, sus gritos, sus velas a favor del respeto a los inmigrantes y en contra de la represión gubernamental. En Chicago, activistas de ICIRR denunciaron arrestos selectivos frente a tribunales migratorios. En Portland, líderes de VOZ exigieron que los detenidos accedieran a defensa legal. En Sacramento, el California Immigrant Policy Center advirtió que “lo que está en juego no es la ley migratoria, es el Estado de Derecho”.
En total, entre 700 y 800 personas han sido detenidas entre el 6 y el 11 de junio; al menos 400 en Los Ángeles, 158 en San Francisco, 86 en Nueva York, 14 en Austin, y decenas más en Houston, Chicago, Boston y otras decenas de ciudades. La Guardia Nacional sigue desplegada en Texas y California, más los 700 marines en Los Ángeles.
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Autoridades locales acusan que las redadas buscan infudir miedo
El alcalde de San Francisco, Daniel Lurie, acusa que las redadas “buscan infundir miedo… hacen que la gente tenga miedo de ir a trabajar o de enviar a sus hijos a la escuela”. Entre los 158 detenidos hay seis menores, así como gente de otras ciudades que está participando en las protestas en solidaridad con la comunidad migrante, acorralada por el presidente Donald Trump.
Sólo en las redadas, más de 100 personas han sido detenidas en los últimos días en California, incluyendo en los estacionamientos de almacenes Home Depot en el sur del estado. Muchas de las redadas se han realizado en granjas agrícolas, aunque también las ha habido en procesadoras de alimentos. La mayoría de la mano de obra agrícola en California es hispana.
En México, la presidenta Claudia Sheinbaum cifró en 61 los connacionales detenidos en las redadas en Los Ángeles y otros puntos. Aseguró que todos reciben apoyo consular.
ICE mantiene un cerco informativo, pero fuentes internas revelan que los operativos se extenderán hasta final de mes y muy probablemente durante julio también. Ninguna agencia federal ha ofrecido hasta ahora una lista de detenidos, ni ha garantizado acceso inmediato a representación legal.
desa/mgm