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Washington.— Cada vez que Donald Trump bloqueaba a un usuario de Twitter para que no pudiera leer sus mensajes en la red social estaba violando la Constitución. Así lo sentenció una corte de apelaciones de la Unión Americana, que en decisión unánime señaló que el mandatario estadounidense no puede prohibir que sus críticos accedan a lo que tuitea, menos cuando esa red se ha convertido en su principal altavoz y arma para todas sus batallas.
La razón: la venerada Primera Enmienda de la Constitución apela por “más apertura” en la libertad de expresión y no restricciones como las que supone bloquear a alguien de acceder a información.
La corte de apelaciones se posicionó en la misma dirección que la corte federal que, hace unos meses, ya obligó a Trump a desbloquear a los siete demandantes que había bloqueado.
“La Primera Enmienda lo significa todo, significa que la mejor respuesta a un discurso que no agrada sobre temas de preocupación pública es más debate, no menos”, escribió en su conclusión el juez Barrington D. Parker, como portavoz del tribunal de apelaciones del segundo circuito, con sede en Nueva York. En un momento histórico en el que hay un “debate abierto y robusto” con un “nivel de pasión e intensidad” que “rara vez se ha visto antes” sobre el gobierno y cargos electos, el juez señaló que estos diálogos “a veces incómodos y desagradables” son “algo bueno”.
La demanda se remonta a julio de 2017, cuando siete personas, a través del Instituto Knight para la Primera Enmienda de la Universidad de Columbia en Nueva York, demandaran al presidente, su director de redes sociales, Dan Scavino, y la que por entonces era su portavoz, Sarah Sanders, por bloquearlos tras hacer comentarios críticos con sus políticas. Lo que, según ellos, imposibilitaba su derecho constitucional a que su voz fuera escuchada y, por tanto, menoscababa su libertad de expresión.
La cuenta @realDonaldTrump, con casi 62 millones de seguidores, se ha convertido en casi un apéndice de la forma de gobierno del presidente de EU. Hay decenas de ejemplos en los que usa las redes sociales para dictar políticas, proclamar declaraciones o anunciar cambios en su gabinete o equipo de gobierno. Los abogados de Trump defendieron que se trata de una cuenta de un usuario privado que puede hacer lo que quiera con ella, pero el juez dijo que la evidencia “de la naturaleza oficial de la cuenta es apabullante”. El único paso que le queda a Trump para tratar de revertir esta decisión sería llevarlo al Tribunal Supremo.
También ayer se informó que Dov Hikind, exasambleísta demócrata por Nueva York, demandó a Alexandria Ocasio-Cortez por bloquearlo en Twitter.