París. — La comunidad internacional se comprometió ayer a movilizar 252.7 millones de euros (298 millones de dólares) en ayuda de urgencia para la población del Líbano, tras la explosión en el puerto de Beirut que ha dejado 158 muertos y más de 6 mil heridos.
Este monto, según se ha precisado desde Francia, no es un “cheque en blanco”. Aunque los fondos de urgencia se ofrecen sin condiciones, el apoyo posterior sí está supeditado a cambios profundos en un país en crisis.
La cantidad fue decidida en una videoconferencia de donantes en la que París y Naciones Unidas reunieron a una treintena de mandatarios y altos responsables de todo el mundo, así como de instituciones, como la Unión Europea o el Banco Mundial para coordinar el respaldo.
Este encuentro —convocado el pasado jueves en Beirut por el presidente francés, Emmanuel Macron— contó con la participación de los gobernantes de Estados Unidos, Donald Trump; de Brasil, Jair Bolsonaro, y del propio Líbano, Michel Aoun, así como del jefe del gobierno español, Pedro Sánchez, y del primer ministro italiano, Giuseppe Conte, entre otros.
La movilización económica anunciada será detallada en los próximos días e irá acompañada del despliegue “de varios centenares de expertos técnicos de emergencias y de varios centenares de toneladas de ayuda, especialmente de medicamentos de emergencia, ayuda alimentaria, así como material de rehabilitación urbana”.
Francia sólo indicó su aporte de 30 millones de euros y señaló que las Naciones Unidas será la encargada de precisar de forma minuciosa el balance.
“Las autoridades libanesas deben poner en marcha ahora las reformas políticas y económicas solicitadas por el pueblo de esa nación, que permitirán a la comunidad internacional actuar de forma eficaz para su reconstrucción”, declaró el mandatario galo.
En tanto, el papa Francisco manifestó ayer su solidaridad con el Líbano, volviendo a abogar para que “el mundo ayude generosamente” a este territorio.
