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Supo ser un pacifista , pero tenía un rifle en sus manos en el polígono de tiro.
Lore McSpadden
nunca había tocado un arma hasta que se presentó en el Trigger Warning Queer & Trans Gun Club fundado el año pasado. Ahora es una de varias socias que les disparan a palomas de arcilla inclinadas en un terreno cerca de Rochester.
Los socios de Trigger Warning expresan alarma ante extremistas armados y organizados que se sienten cada vez más envalentonados. En respuesta a ello, fundaron un club en el que se enseña a la comunidad gay cómo usar armas.
“Es una forma de mostrar nuestra fuerza”, expresó Jake Allen, de 27 años y quien ayudó a formar el grupo. “A menudo se cree que los gays somos débiles, indefensos, y esta es una forma de combatir esa percepción. Quiero que los supremacistas blancos y los neonazis sepan que los gays estamos tomando las medidas necesarias para protegernos”.
Los afiliados a Trigger Warning se reúnen una vez al mes para dispararle a blancos fijos y a palomas falsas. Por ahora son 18 personas de la comunidad de lesbianas, gays, bisexuales y transgéneros (LGBT) que pagan para ser socios , muchas de las cuales apenas saben de armas.
“Toda mi vida me identifiqué como pacifista”, dijo McSpadden , de 37 años y quien asistió a un curso de defensa propia y ahora tiene una escopeta de principiante.
Una tarde reciente, su instructor le mostró a los novatos cómo apoyar en sus hombres un rifle calibre 22 y cómo apuntar a un blanco en movimiento, siempre un poco más adelante del blanco. Los aprendices festejaron cada vez que alguien daba en el blanco.
El ambiente relajado de las clases disimula la alarma que llevó a la creación de este grupo el año pasado en medio de episodios de violencia con un trasfondo político, incluidas desde escaramuzas en manifestaciones hasta los choques violentos entre supremacistas blancos y opositores en Charlottesville, Virginia.
Zora Gussow
recuerda la desazón que sintió este año cuando habló con Allen de “lo poco que sabe la gente de izquierda” acerca de las armas.
“Me crié con miedo a las armas”, dijo Gussow. “La primera vez que estuve cerca de un arma en la casa de un amigo, me estremeció. Y eso me parece peligroso en una sociedad en la que hay tantas armas” dando vueltas”.
Una docena de personas que practican tiro en un campo del estado de Nueva York no representa exactamente la vanguardia de una nueva izquierda armada. Pero ese grupo no está solo. Allen dijo que hay otra rama de Trigger Warning en Atlanta y que gente de diez ciudades le ha expresado interés en la iniciativa.
Miembros de la rama de Pittsburgh de Pink Pistols (Pistolas Rosadas), una organización que alienta el uso de armas enfocada en la comunidad LGBT con sucursales en todo el país, sumó nuevos miembros tras las elecciones presidenciales y nuevamente cuando un supremacista blanco mató a una persona en Charlottesville este año.
La Asociación Nacional de Armas Afroamericana sumó 500 miembros nuevos en solo dos días tras los incidentes de Charlottesville. El presidente de la Asociación Philip Smith dice que hoy cuentan con 45 filiales, comparado con las cuatro que tenían hace un año. El Club de Armas Liberal, otra organización de proyección nacional, dice que duplicó la cantidad de afiliados desde las elecciones hasta llegar a 5 mil 500, según su portavoz Lara Smith.
Los izquierdistas de Estados Unidos tienen hoy una visión del país distinta a la de los días del movimiento Occupy Wall Streen de hace seis años, de acuerdo con Mark Bray, autor de “Antifa: El manual antifascista”, y quien dicta clases en el Dartmouth College. El triunfo de Trump, dijo, envalentonó a los supremacistas blancos y esa amenaza la sienten no solo los gays, sino también los negros, los inmigrantes, los judíos y los musulmanes.
“Antes nos sentábamos en los parques y hablábamos las desigualdades económicas”, manifestó. “Ahora hablamos de armas y de autodefensa”.
Algunos grupos son más provocativos .
Radicales vestidos de negro afiliados el movimiento antifascista se han fajado con manifestantes conservadores en algunos actos públicos. En agosto miembros de Redneck Revolt, una agrupación antirracista , se plantaron cerca de un acto de Trump con armas largas.
Estas organizaciones más radicales contrastan con la tradición de protestas pacíficas del movimiento. Pero el solo hecho de que tomen armas para defenderse preocupa a algunos activistas veteranos.
“Una carrera armamentística, ¿es eso realmente lo que queremos?”, preguntó Scott Fearing, director ejecutivo de la Out Alliance de Rochester. “Sabemos que las carreras armamentísticas nunca son buenas para nadie y que cuando hay tanta gente armada tenemos muerte y destrucción”.
Los miembros de Trigger Warning afirman que su objetivo es la defensa propia y no sentirse intimidados, no la agresión.
lsm