La declaración de culpabilidad de Hunter Biden en el caso de evasión fiscal y porte ilegal de un arma llega en un pésimo momento para su padre, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, quien busca la reelección en las presidenciales de 2024.
El fiscal general de Delaware, David Weiss, hizo público el documento judicial según el cual Hunter admitió no haber declarado al fisco ingresos recibidos entre 2017 y 2018 y no haber pagado por ellos; también se declaró culpable de posesión ilegal de un arma de fuego mientras consumía drogas.
La declaración de culpabilidad se produce luego de cinco años de investigaciones y, con ella, Hunter, de 53 años, busca dos cosas: al declararse culpable, espera que los fiscales recomienden, en vez de pena de prisión, libertad condicional. En cuanto al cargo de posesión ilegal de armas de fuego, busca evitar un juicio, a cambio de integrarse a un programa de supervisión comunitaria.
Falta ver si el juez está dispuesto a aceptar este acuerdo, lo que pondría fin a una investigación que se inició en la administración del expresidente Donald Trump y que este no dudó en utilizar para atacar una y otra vez a quien sería su rival en las presidenciales 2020.
Justo es el gran problema para el actual mandatario, quien a sus 80 años busca ser nuevamente candidato demócrata para las elecciones de 2024.
Que Hunter se haya declarado culpable le da nuevas armas a los republicanos, que acusan a la familia Biden de ser un nido de corrupción.
También acusan al mandatario de proteger y tapar los múltiples escándalos de su hijo: sus fotos con prostitutas, con drogas, e incluso de haberle facilitado hacer negocios durante el tiempo en que fue vicepresidente de Barack Obama.
Trump, además, acusa un doble rasero, indicando que mientras él enfrenta dos juicios, Hunter está resolviendo todo mediante acuerdos que lo benefician.
Sin embargo, se trata de casos muy diferentes: el exmandatario enfrenta dos acusaciones penales: una estatal por haber disfrazado como otra cosa los pagos que hizo a una actriz de cine para adultos, una modelo y un portero para evitar que destaparan sus affaires cuando estaba buscando la presidencia, en 2016. La otra, a nivel federal, es por haberse llevado y utilizado información confidencial cuando dejó la Casa Blanca y negarse a entregarla.
El exmandatario está furioso y denuncia una cacería de brujas. El caso Hunter Biden, piensa, le da más argumentos para acusar a la administración Biden de privilegiar a la familia mientras a él lo persiguen.
Trump no es conocido precisamente por dar argumentaciones sólidas a sus acusaciones. Pero considerando que Biden no es un presidente popular -56% desaprueba su gestión, de acuerdo con la más reciente encuesta de ABC/Washington Post-, si tanto Trump como otros republicanos utilizan el caso de Hunter Biden como arma, sí podrían hacer mella en las aspiraciones reeleccionistas de Biden.
De por sí, los republicanos tienen otra arma importante contra Biden: su edad. Se trata del aspirante de mayor edad en buscar la reelección y si gana, se convertirá en el presidente más viejo en la historia de Estados Unidos.
Sus trastabilleos, sus caídas, sus declaraciones confusas, sólo abonan a los señalamientos de sus rivales de que ya es un hombre demasiado grande para ejercer la presidencia. La edad es uno de los factores que los estadounidenses señalaron juega en contra del mandatario. Su hijo Hunter puede ser otro.
mcc