Río de Janeiro.— Una comisión investigadora del Senado brasileño recomendó ayer imputar al presidente Jair Bolsonaro por varios delitos, entre ellos “crímenes contra la humanidad”, por su gestión de la pandemia, mientras el mandatario aseguró no tener “culpa de absolutamente nada”.

La Comisión Parlamentaria de Investigación (CPI) escudriñó durante seis meses las acciones y omisiones del gobierno durante la pandemia que ya ha dejado más de 600 mil muertos en Brasil, el segundo país más enlutado del mundo después de EU.

El relator presentó este miércoles su informe final, en el que concluyó que el gobierno expuso “deliberadamente a la población al riesgo concreto de infección en masa”, incluyendo a la vulnerable población indígena, por lo que pidió la inculpación de Bolsonaro y de otras 67 personas y empresas, como varios ministros y exministros y tres de los hijos del mandatario.

Entre los delitos atribuidos al presidente figuran crímenes contra la humanidad, delito por favorecer una epidemia que resultó en muerte, prevaricación y diseminación de informaciones falsas sobre el virus.

La CPI no tiene el poder de hacer denuncias formales, pero el informe, con testimonios conmovedores y revelaciones impactantes, como el uso de pacientes como “cobayas humanas” para probar medicamentos ineficaces contra el Covid, será enviado a diferentes órganos que pueden proseguir las investigaciones y formular cargos, como la Fiscalía General o una corte internacional.

Además de un “deliberado atraso” en la compra de vacunas, “se comprobó la existencia de un gabinete paralelo [que asesoraba al gobierno], con la intención de inmunizar a la población mediante el contagio natural, se dio prioridad a un tratamiento precoz sin amparo científico y se desestimularon las medidas no farmacológicas”, como uso de mascarilla y distanciamiento, afirmó en sus conclusiones el senador opositor Renan Calheiros, encargado de elaborar del informe. Se trató de una “estrategia macabra”, añadió Calheiros. Si se hubieran adoptado medidas para contener la circulación del virus, “se podrían haber salvado 120 mil vidas para fines de marzo de 2021”.

Bolsonaro es “el principal responsable de los errores cometidos por el gobierno”, dice el relator del informe, que será votado por la comisión la próxima semana, cuando se espera que sea aprobado con pocos cambios.

Bolsonaro, que siempre calificó la CPI de “payasada”, se eximió de cualquier responsabilidad. “Sabemos que no tenemos culpa de absolutamente nada. Sabemos que hicimos lo correcto desde el principio”, dijo durante un acto oficial en el estado de Ceará (noreste) horas después de la publicación del informe.

Desde el inicio de la emergencia sanitaria, Bolsonaro minimizó la pandemia, criticó las medidas de aislamiento, el uso de cubrebocas y defendió medicamentos sin eficacia contra el Covid, como la hidroxicloroquina. Más de un año después de haber contraído el virus, asegura que no se vacunará.

Aunque el informe final de la CPI podría traerle consecuencias políticas y judiciales graves, analistas coinciden en que su impacto a corto plazo será simbólico, porque Bolsonaro aún tiene apoyo suficiente en el Congreso para evitar un impeachment y ven poco probable que el fiscal general resuelva imputarlo. La popularidad de Bolsonaro se encuentra en su nivel más bajo desde que asumió la presidencia y las encuestas para las elecciones de 2022 lo muestran detrás del expresidente izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva.

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