San José. – Con los cárteles mexicanos del narcotráfico internacional—Jalisco Nueva Generación (CJNG) y Sinaloa—empotrados en el convulso escenario ecuatoriano de la delincuencia organizada, un temible vocablo que causó estragos desde finales del siglo XX en América Latina y el Caribe irrumpió esta semana en el incendio de violencia y criminalidad en Ecuador: “narcopolítica”.
Otro temible juego de palabras que también golpeó en la zona surgió en Ecuador: “narcogenerales”.
El embajador de Estados Unidos en Ecuador, Michael Fitzpatrick, sacudió en diciembre de 2021 a la sociedad ecuatoriana al denunciar que “narcogenerales” instalados en puestos jerárquicos de las fuerzas de seguridad de ese país podrían mantener componendas con el narcotráfico y están bajo investigación de Washington. EU les retiró las visas a esos militares.
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Una alarma política fue lanzada desde el domingo anterior por el presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, en un hecho que repercutió en la Asamblea Nacional (Congreso unicameral) de ese país sacudido por la más grave crisis de inseguridad de su historia.
Los “padrinos de las mafias del narcotráfico son los narcopolíticos”, advirtió el gobernante.
Fiel a sus normas de evitar mencionar directamente a los dos cárteles que son los más poderosos de México, Lasso denunció que los “narcopolíticos reaccionan en su defensa, tratando de desestabilizar la democracia para intentar volver al poder político y seguir ganando dinero de la corrupción y el tráfico ilegal de drogas”.
“Hay mucho dinero en juego y los hemos golpeado en el lugar que más les duele, en sus bolsillos. ¡Que Dios nos ayude a proteger al Ecuador del narcotráfico y de los narcopolíticos!”, afirmó, al mostrar confianza ante los ecuatorianos de que “juntos venceremos al crimen organizado, al narcotráfico y sus nexos con la política”.
“Tradicionalmente los carteles o mafias primero cooptan el mercado, la sociedad y el sector público”, relató el historiador y urbanista ecuatoriano Fernando Carrión, académico de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), ente no gubernamental autónomo.
“De segundo, financian campañas electorales con fines políticos. De tercero, se representan directamente con candidatos propios”, narró Carrión a EL UNIVERSAL.
La narcopolítica y su eslabón militar, policial, judicial y empresarial estremeció a partir de los últimos 25 años del siglo XX a la región, de México, Cuba, Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Panamá, Costa Rica, República Dominicana y Haití, a Colombia, Brasil, Venezuela, Ecuador, Perú o Surinam y Perú, con políticos, partidos, generales, coroneles, congresistas, empresarios, jueces o fiscales reclutados por los cárteles para facilitar su negocio.
El político hondureño Juan Orlando Hernández, presidente de Honduras de 2014 a 2022, se convirtió este año en la figura política latinoamericana y caribeña de más alto rango extraditada a EU por narcotráfico en más de 50 años de guerra contra las drogas.
Nexo mafioso
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