Beijing. El foro China-CELAC celebra mañana en Beijing su IV Reunión de Ministros de Exteriores en un escenario global de renovadas tensiones geopolíticas y comerciales.

Estas son las claves de un encuentro que tomará el pulso de las relaciones entre la región de Latinoamérica y el Caribe y la potencia asiática, que ha multiplicado su influencia en la zona en la última década.

El orden del día

Los temas principales de la reunión serán "Interconexión eléctrica y energías renovables" e "Integración comercial", dos ámbitos en los que China aspira a seguir posicionando a sus empresas como referentes imprescindibles para que Latinoamerica y el Caribe avancen en sus metas de industrialización y transición energética.

Pekín tiene en esta reunión el reto de convencer a los países de la región de que abrirle aún más las puertas no compromete su margen de soberanía política y tecnológica.

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La sombra de Washington

La presencia invisible de Estados Unidos planea inevitablemente sobre la cita en Beijing, en especial debido a la figura del secretario de Estado de ese país, el cubanoamericano Marco Rubio, un republicano de larga data enemigo declarado del comunismo.

Así, en los últimos meses Washington ha redoblado la presión sobre los países latinoamericanos para que pongan distancia con China, receloso de las implicaciones para la seguridad tecnológica, militar y estratégica que supone su creciente presencia en Latinoamérica y el Caribe.

Por ello, la región llega a este foro dividido entre los países que acuden a la cita sin complejos y con China ya como principal socio comercial, y los que lo hacen con un perfil más discreto para no irritar a EU.

Tres presidentes en una reunión de ministros

En línea con lo anterior, la presencia de tres jefes de Estado en una reunión de ministros de Exteriores supone toda una declaración de intenciones a la que se ha sumado el anfitrión, Xi Jinping, quien pronunciará el discurso inaugural del encuentro.

Lo hará ante los mandatarios de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva; de Colombia, Gustavo Petro; y de Chile, Gabriel Boric, lo que otorga un valor político adicional al foro y cuyas agendas coinciden en la defensa del multilateralismo, la reforma del orden internacional y la necesidad de construir una voz regional más sólida frente a las grandes potencias.

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Rutas de la seda

Más de veinte países de la CELAC se han sumado ya a las Nuevas Rutas de la Seda, la iniciativa con la que China pretende generar una red comercial internacional y extender su influencia a nivel global a través de la construcción de infraestructuras, que suman ya casi 200 en el caso de Latinoamérica y el Caribe.

China volvió a defender antes de esta cita que el proyecto "no tiene una agenda oculta" frente a quienes la critican por los riesgos de endeudamiento excesivo y la dependencia de Pekín que conlleva.

Además, las Rutas de la Seda están también en el punto de mira de Estados Unidos, por lo que Beijing tendrá que reforzar su estrategia no solo para seguir sumando socios a la iniciativa, sino también para evitar deserciones como la protagonizada por Panamá este año.

De fondo, la guerra comercial

Como el resto de la agenda multilateral global, el foro China-CELAC no escapa a la preocupación por la guerra comercial iniciada por Estados Unidos, si bien el recién alcanzado acuerdo entre Beijing y Washington ha sido recibido con alivio y otorgará un tono más optimista a la reunión.

La coyuntura brinda además oportunidades en dos direcciones, ya que Latinoamérica puede beneficiarse de la diversificación de las importaciones de China, en especial en el ámbito agroalimentario, mientras China tiene en la región un mercado todavía con gran potencial de crecimiento.

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mgm

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