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Texto: Miguel Bernal
Chicago.- Con pancartas, altavoces y hasta un Donald Trump ataviado con un overol naranja, medio centenar de personas se manifestaron al sur de Chicago a dos días de la toma de protesta del próximo presidente de Estados Unidos.
La comunidad migrante mexicana en Chicago y de otros países latinoamericanos, aún con el miedo a flor de piel, llevó a cabo una marcha en apoyo a la Marcha del Pueblo convocada desde Washington DC. Esta manifestación también implicó un paro laboral y boicot comercial que comenzó el 10 de enero y culminó el 18 de enero, en protesta contra las políticas migratorias del presidente Trump, quien asumirá su segundo mandato el 20 de enero.
Los participantes, que incluían trabajadores indocumentados, residentes legales y ciudadanos con doble nacionalidad, dejaron de acudir a sus centros de trabajo y de consumir en grandes cadenas y franquicias para visibilizar su importancia en la economía estadounidense. Los manifestantes exigieron una reforma migratoria integral y permisos de trabajo para los 11 millones de indocumentados en Estados Unidos.
La organización People´s March convocó a la manifestación en varias ciudades del país para alzar la voz en contra de las políticas que implementará el mandatario republicano a partir de que tome las riendas del país y Chicago no se quedó atrás considerando que el llamado zar de la frontera, Tom Homan, ya advirtió que las redadas comenzarán en esta capital.
“Hay familias donde hay gente que tiene ciudadanía y otras no, hay niños que tienen 5 años que tienen ciudadanía americana y sus papás no, va a haber muchas separaciones de familias”, reprochó Fátima Maldonado una manifestante originaria de México, pero con residencia en Chicago.
En el cruce de las Avenidas 103 Este y Sur Western, en el barrio de Beverly, en Chicago, se apostaron varios manifestantes sobre las cuatro esquinas para mostrar sus pancartas contra la deportación masiva y la prohibición del aborto. La mañana del sábado, la organización de justicia migratoria The Resurrection Project pidió en conferencia de prensa a los padres de familia hispanos, que no teman de llevar y recoger a sus hijos de las escuelas el martes.
El lunes no hay clases programadas en Estados Unidos debido a la conmemoración de Martin Luther King Jr.
El movimiento logró unificar a diversas comunidades latinas bajo una misma causa y los organizadores ofrecieron opciones de participación para maximizar el impacto, como dejar de trabajar o no comprar en grandes empresas. La protesta también incluyó a migrantes de Honduras, El Salvador, Venezuela y Jamaica.
El temor de redadas masivas en Chicago, una ciudad recientemente confirmada como santuario para migrantes por el concilio municipal, se ha extendido entre la comunidad latina ante la retórica repetitiva de Donald Trump acerca del inicio irremediable de la detención de indocumentados para ser deportados; acción que comenzaría en Chicago desde el día uno de la administración Trump.
El lunes próximo 20 de enero se tiene programada una nueva protesta sobre la Avenida Michigan frente la emblemática Torre de Agua, a menos de 1 kilómetro de distancia de la enigmática Torre Trump.