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San José.- Costa Rica capturó hoy en la tarde a un n arcotraficante mexicano que intentó pasar a Nicaragua con 10.5 kilogramos de cocaína ocultos en su vehículo, confirmaron esta noche fuentes policiales costarricenses.
La captura se convirtió en el cuarto golpe que, desde el pasado 26 de mayo, le asestó la policía de Costa Rica a los cárteles mexicanos del narcotráfico internacional.
La detención se registró luego de que, en un operativo con cinco allanamientos que ejecutó este miércoles en horas de la mañana, la policía judicial costarricense capturó a un custodio de la Dirección de Inteligencia y Seguridad (DIS), agencia de investigación política del gobierno de Costa Rica, por actuar como testaferro empresarial de una red mexicana de contrabando de cocaína de Centroamérica a México, según fuentes oficiales en esta capital.
Cargamento
El Ministerio de Seguridad Pública de Costa Rica reveló que la pericia de agentes de la Policía de Control de Drogas (PCD), adscrita a esa dependencia gubernamental, permitió que en la tarde de este miércoles fueran decomisados 10 kilogramos y 510 gramos de cocaína.
El caso se registró en el lado costarricense del puesto de Peñas Blancas, fronterizo con Nicaragua y en el sector noroccidental del límite entre ambas naciones, según los datos oficiales.
En un reporte de los hechos que remitió a EL UNIVERSAL, Seguridad Pública describió que los oficiales detuvieron a un mexicano, identificado oficialmente por el momento solo con el apellido Vargas y de 42 años, que conducía el automóvil en el que la droga fue transportada oculta en un compartimiento localizado detrás de los asientos traseros. El vehículo quedó decomisado, precisó el boletín.
Las autoridades de la PCD, continuó, “descubrieron siete paquetes de diferentes tamaños” que sumaron los 10 kilos con 510 gramos de cocaína, agregó. “Dichos paquetes”, narró, “estaban localizados en la pared ubicada detrás de los asientos traseros del automotor de placa mexicana”.
De acuerdo con la PCD, el vehículo ingresó a Costa Rica el pasado 23 de mayo, procedente de Nicaragua, y el 24 de mayo salió a Panamá, que es la frontera sur costarricense. El 31 de mayo, desde suelo panameño, reingresó a Costa Rica, “pretendiendo salir hoy con destino a Nicaragua”, añadió el reporte oficial.
Datos preliminares oficiales mostraron que más de 45 mexicanos están presos en Costa Rica por cargos de narcoactividad.
Ataque
El golpe de hoy a los narcotraficantes mexicanos se convirtió en el cuarto desde el 26 de mayo anterior.
El Organismo de Investigación Judicial (OIJ), policía técnica judicial de esta nación, apresó ese día a seis mexicanos y un guatemalteco que presuntamente son integrantes del poderoso cártel mexicano de Sinaloa, por tráfico internacional de cocaína, y a los que se les impusieron tres meses de prisión preventiva.
En seguimiento a esa detención, el OIJ confiscó el 29 de mayo un total de 672 paquetes de cocaína de distinto peso.
La Fiscalía Adjunta contra la Delincuencia Organizada (FACDO) reportó que “la estructura criminal” almacenó droga en suelo costarricense para enviarla a México y Estados Unidos oculta en furgones que salieron de Costa Rica también por la frontera de Peñas Blancas.
La FACDO reportó que desde finales de 2017 al lunes 28 de mayo se logró despojar a la organización de 524 kilogramos de cocaína, a lo que se sumaron los 672 paquetes.
Vigilante
Con respecto al custodio capturado en la mañana de este miércoles, fue identificado oficialmente como Fernando Segura Jiménez, de 49 años, y, de acuerdo con el OIJ y la DIS, nunca tuvo acceso a información privilegiada de inteligencia sobre operativos de seguridad.
“La función de Segura era esencialmente brindar apoyo logístico a la organización”, dijo Wálter Espinoza, director del OIJ.
La tarea de Jiménez, contó, fue “prestar su nombre para que la sociedad (empresarial) pudiera funcionar, realizar actividades de naturaleza comercial y ubicación de puntos y objetivos, así como facilitar la operación del grupo criminal en nuestro país”.
Como parte de la operación, el OIJ desplegó hoy una intensa persecución sobre dos mexicanos—uno de ellos de apellidos Quintero Castro—involucrados en la cadena de contrabando de sustancias ilícitas a México, confirmó Espinoza, al describir a Segura como el enlace clave de la mafia mexicana en Costa Rica.
Quintero Castro “también” es parte de la sociedad anónima y le “detectamos en Costa Rica aunque “no está detenido”, detalló el jefe policial. Un segundo mexicano que cooperó con la red criminal fue ubicado por las autoridades costarricenses, pero todavía sigue sin ser detenido, admitió.
Tras introducir las cargas de droga a Costa Rica desde América del Sur, la agrupación narcotraficante las envió a México y las reexportó a otros países, aseveró Espinoza, al recordar que la investigación empezó el pasado 2 de febrero tras el decomiso de 399 kilos de cocaína escondidos en cajas fuertes en un sector a unos nueve kilómetros al norte de la capital costarricense.
La mercancía, dijo Espinoza, quedó ligada a una sociedad anónima en la que Segura es apoderado general. El vigilante, con funciones de seguridad interna y externa en la DIS, fue aprehendido en su vivienda en la comunidad de San Jerónimo de Desamparados, a unos ocho kilómetros al sur de San José.
Base crucial. Por estar geográficamente cerca de los centros de producción y distribución de cocaína en Colombia y de otros sitios de contrabando, como Ecuador, Costa Rica se consolidó desde finales del siglo XX en un punto clave del tráfico internacional de esa droga en la ruta, vía Centroamérica, del sur al norte de América por tierra, aire y mar.
El territorio costarricense es utilizado por los cárteles mexicanos y colombianos como base para el almacenamiento y reexportación de la droga. El cártel de Sinaloa, uno de los más poderosos de México, está entre los más activos en Costa Rica, aunque durante los últimos 15 años también se confirmó la presencia de otras narco—mafias, como las del Golfo, la Familia Michoacana y Los Caballeros Templarios.