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El expresidente brasileño Jair Bolsonaro encabezó el domingo una marcha en apoyo a una ley de amnistía que podría liberarlo de cargos penales y eliminar las sentencias de prisión para decenas de simpatizantes que irrumpieron en el Congreso hace dos años en protesta por el triunfo electoral de Luis Inácio Lula da Silva.
La fiscalía brasileña ha acusado a Bolsonaro de intentar organizar un golpe de Estado después de perder las elecciones de octubre de 2022 ante Lula, y los investigadores afirman que elaboró un plan junto a otras 33 personas para envenenar a su sucesor y asesinar a un juez del Supremo Tribunal Federal.
Un panel de jueces del máximo tribunal aceptó el mes pasado los cargos e inició un juicio contra Bolsonaro, en el que el expresidente enfrentará cinco cargos que incluyen intentar organizar un golpe de Estado, participación en una organización criminal armada y amenazar los recursos y sitios patrimoniales del país.
El domingo, Bolsonaro restó importancia a los cargos que, afirma, son parte de una persecución política en su contra.
En un discurso en una de las principales avenidas de Sao Paulo ante miles de simpatizantes vestidos con la camiseta amarilla de la selección nacional de fútbol, Bolsonaro expresó su confianza en el pueblo brasileño y su esperanza en que el Congreso apruebe una ley de amnistía redactada por sus aliados.
"Tenemos un forma para salir de esto", manifestó el exmandatario.
Bolsonaro, un conservador que ha expresado durante mucho tiempo su admiración por el presidente Donald Trump, comentó que los tribunales brasileños tratan de "cazarlo" con "una guerra jurídica", al igual que los tribunales en Francia fueron recientemente tras la líder de extrema derecha Marine Le Pen.
El tribunal electoral de Brasil inhabilitó al expresidente para postularse a cualquier cargo público hasta 2030 debido a sus afirmaciones infundadas sobre el sistema electoral de la nación, en las que insinuó que las máquinas de votación habían sido manipuladas.
Bolsonaro ha dicho que impugnará esa decisión y planea postularse en las elecciones presidenciales de 2026.
"Celebrar elecciones en 2026 sin Jair Bolsonaro es negar la democracia", afirmó durante la marcha del domingo.
Bolsonaro pide
El líder de extrema derecha fue la cabeza visible de la manifestación para pedir una amnistía a los condenados por el asalto a los poderes públicos en Brasilia en enero de 2023, poco después de que Bolsonaro terminara su mandato y saliera del país.
Según la fiscalía, Bolsonaro buscó el respaldo de las fuerzas armadas para impedir la asunción de su sucesor en la presidencia.
Bolsonaro, que podría enfrentar hasta 40 años de cárcel si fuera hallado culpable, se declara inocente y dice ser un "perseguido".
"La presencia del pueblo en la Paulista será un termómetro para la amnistía", dijo esta semana a la radio local AuriVerde Brasil, afín al bolsonarismo.
El exmandatario reclama que el Congreso apruebe una ley de amnistía para los condenados por la invasión y destrucción de las sedes de los tres poderes del Estado el 8 de enero de 2023, pocos días después de la asunción de Lula.
Bolsonaro se encontraba en ese momento en Estados Unidos.
La corte suprema condenó a más de 500 personas por esa asonada, la mayoría por delitos graves, como intento de golpe de Estado y abolición violenta del Estado democrático de derecho.
Hasta ahora, el bolsonarismo no cuenta con apoyos parlamentarios suficientes para concretar una amnistía.
La manifestación en Sao Paulo, la ciudad más rica y poblada de Brasil, servirá para medir la fuerza política de Bolsonaro, quien está inhabilitado para competir en elecciones hasta 2030 por haber cuestionado sin pruebas la fiabilidad del sistema electoral.
Pese a su inhabilitación, Bolsonaro, de 70 años, insiste en que quiere ser candidato en las presidenciales de 2026.
En marzo pasado, el exmandatario ya encabezó una movilización por la amnistía en Rio de Janeiro que reunió a unas 18 mil manifestantes, según cálculos del Monitor de Debate Político de la Universidad de Sao Paulo.
aov/LL