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Si hay un rasgo que identifica al presidente estadounidense, Joe Biden, es la fortaleza de su carácter, puesto a prueba una y otra vez por las tragedias familiares. La declaración de culpabilidad emitida este martes contra su hijo Hunter es, apenas, la más reciente de ellas.
En diciembre de 1972, con un futuro brillante como senador, Joe Biden recibió la peor llamada que alguien podía recibir. Era 18 de diciembre, y Biden estaba definiendo quiénes lo acompañarían como senador. Así narró aquella fatídica llamada: "Me dijeron que mi mujer, y mis tres hijos estaban haciendo las compras de Navidad cuando un tráiler los embistió por un costado, matando a mi mujer y a mi hija. Y tampoco sabían si mis hijos sobrevivirían".
Biden tenía tres hijos con Neilia: Beau, Hunter y Naomi. Beau y Hunter sobrevivieron, pero a Hunter, sobre todo, aquel accidente lo marcó para siempre.
Hunter y Beau se volvieron muy cercanos. Beau era como un segundo padre para Hunter, quien en el camino, se perdió y desde joven comenzó a consumir alcohól y drogas.
Joe Biden afirma que pensó que moriría de dolor tras aquella tragedia. Se dedicó a su trabajo y en 1975 conoció a una maestra, Jill Jacobs. El actual mandatario afirma que ella le salvó la vida y le dio un nuevo motivo para seguir adelante.
Se casaron en 1977 y tuvieron una hija, Ashley.
La vida le sonreía a la familia Biden. Joe Biden estaba más que orgulloso de sus hijos y Beau, en particular, parecía seguir los pasos de su padre. Desplegado en Irak justo cuando Biden contendía por la vicepresidencia, en 2008, ambos lloraron juntos al recordar el accidente de Neilia. "No quiero que [mi hijo] se vaya. Pero les diré algo, no quiero que mi nieto o mis nietas regresen en 15 años, así que la forma en que nos vamos hace una gran diferencia", dijo en aquel momento Biden.
De regreso de Irak, Beau se convirtió en fiscal general de Delaware. Buscaría después la gubernatura pero, en 2013, le fue diagnosticado cáncer cerebral. Falleció a los 46 años, el 30 de mayo de 2015.
Sacudido por la tragedia, Joe Biden se negó a contender entonces por la presidencia, como le pedía Barack Obama. En su lugar, contendió la exsecretaria de Estado, Hillary Clinton, quien perdió ante Donald Trump.
En honor de Beau, Biden escribió un libro, titulado: "Dad, promise me..." (Papá, prométeme que...).
La muerte de Beau afectó no sólo a Joe Biden, sino a Hunter, cuya adicción no hizo más que agravarse. Al mismo tiempo, Hunter comenzó a salir con la viuda de Beau, destando un gran escándalo. Varias veces, Joe Biden acudió al rescate de su hijo, tratando de sacarlo de sus adicciones y problemas emocionales.
Hunter, quien hoy afirma haber dejado ese mundo atrás, enfrenta a la justicia por haber adquirido en 2018 un arma, sin informar al vendedor, como era su obligación, sobre sus adicciones. De haberlo hecho, no habría podido comprarla porque la ley estadounidense prohíbe vender armas a personas con problemas de adicción.
Lee también: "Aceptaré el resultado": Joe Biden reacciona al veredicto contra su hijo Hunter
Un jurado lo declaró culpable este martes de tres cargos: dos por mentir al adquirir el arma y uno por haberla comprado ilegalmente, sabiendo que en su condición no podía hacerlo. Podría ser condenado hasta a 25 años de prisión.
"Soy presidente, pero también padre. Jill y yo queremos a nuestro hijo y estamos muy orgullosos del hombre que es hoy. (...) Nada cambiará eso", dijo Joe Biden al enterarse del veredicto de culpabilidad que recibió su hijo. Subrayó que respetará el fallo y el proceso judicial.
mcc