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El ex estratega en jefe de la Casa Blanca, Steve Bannon, fue citado por el fiscal especial que investiga el Rusiagate, Robert Mueller, para que testifique ante un gran jurado sobre los posibles vínculos entre la campaña de Donald Trump y el Gobierno ruso.
Según el diario The New York Times, el equipo del fiscal especial habría decidido citar a Bannon, quien llegó a ser la mano derecha de Trump y principal asesor e ideólogo del presidente, tras darse a conocer que el ex asesor presidencial consideró una “traición” la reunión entre el primogénito del presidente con agentes rusos que le habían prometido “información comprometida” contra la candidata demócrata a la presidencia, Hillary Clinton.
Para los analistas consultados por el diario, la citación podría ser o que la investigación se está intensificando o que es sólo una táctica para que Bannon colabore.
La citación ante un gran jurado obligaría a Bannon no sólo a responder a todas las preguntas bajo juramento y sin la presencia de su abogado, sino que además todo quedaría registrado y transcrito. Además, cubriría a Bannon de una posible venganza e ira presidencial, alegando que se vio obligado a testificar por imperativo legal.
Otra opción es que intente negociar para que acceda a un interrogatorio con el equipo del fiscal especial, aunque no forme parte de las partes implicadas en el caso.
Las preguntas a Bannon se prevé que sean sobre dos temas en concreto: el despido fulminante de James Comey, por entonces director del FBI y que lideraba una investigación sobre la injerencia rusa en las elecciones, y su implicación en la redacción de un comunicado confuso y lleno de falsedades sobre la reunión que, desde hace una semana, se sabe que consideró “nada patriótica” y una “traición”, según declaraciones citadas en el libro Fire and Fury, de Michael Wolff.
Su presencia y ascendencia en los últimos meses de campaña y primeros de mandato también serán cuestionados, especialmente para corroborar toda la información que el fiscal especial ya ha recabado en anteriores interrogatorios a decenas de implicados.
La oficina del fiscal especial, siguiendo su hermetismo habitual, no confirmó ni desmintió el suceso. Tampoco ha dicho todavía nada de las informaciones de que estaría negociando con la Casa Blanca una posible entrevista con el propio presidente Trump, lo que significaría de forma casi definitiva que la investigación está concluyendo.
Bannon encaró ayer su primer interrogatorio en las investigaciones sobre el Rusiagate con su presencia ante el Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes. Decidió no responder a ninguna pregunta, lo que encolerizó a los congresistas y lo citaron de forma oficial.