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Seúl.— El presidente surcoreano, Yoon Suk-yeol, anunció este jueves su decisión de aceptar la dimisión del ministro de Defensa Nacional, Kim Yong-hyun, en un intento por aplacar la crisis que desató el mandatario al declarar la ley marcial, mientras la oposición presentó una moción para destituir al jefe de Estado, al que acusan de “traición”.
Kim asumió el miércoles la responsabilidad por la declaración de la ley marcial que sacudió al país y Yoon dijo que nombrará a otro militar retirado, Choi Byun-hyuk, para sustituirlo.
Kim, considerado un halcón y una figura tremendamente cercana a Yoon, es una de las personalidades más señaladas en el gobierno surcoreano. Sin embargo, las posibilidades de que esa renuncia calmen los ánimos, lucen escasas.
Miles de manifestantes con pancartas exigiendo la renuncia de Yoon salieron la noche del miércoles a la céntrica plaza Gwanghwamun de Seúl para marchar rumbo al Parlamento, donde la oposición había organizado otra concentración.
El impopular presidente conservador, con dificultades para gobernar porque carece de mayoría en el Parlamento, sorprendió el martes al decretar una ley marcial que justificó por la amenaza de Corea del Norte y de las “fuerzas antiestatales”. Aunque dio marcha atrás horas después, la decisión sumió al país en una de las peores crisis políticas de su historia moderna y dejó en el aire el futuro de Yoon.
Sus opositores políticos, algunos de los cuales saltaron barreras y se enfrentaron a las fuerzas de seguridad para ingresar al Parlamento, presentaron una moción de censura para su destitución.
“Hemos sometido una moción para destituirle, preparada de urgencia”, dijeron el miércoles en una conferencia de prensa representantes de seis partidos de oposición, incluido el principal, el Partido Democrático, e indicaron que la moción podría ser votada este viernes. Se requiere una mayoría de dos tercios para aprobar dicha moción, que afirma que la intención de Yoon era “evadir investigaciones inminentes (...) sobre presuntos actos ilegales que lo involucran a él y a su familia”.
La oposición posee una amplia mayoría en la asamblea de 300 miembros y sólo necesita un puñado de deserciones del Partido del Poder Popular del presidente Yoon para asegurarse la mayoría de dos tercios necesaria para aprobar la moción.
El Partido Democrático reclama la dimisión de Yoon y anunció demandas judiciales por insurrección contra el presidente, sus ministros de Defensa e Interior y varios cargos militares y policiales implicados.
Incluso Han Dong Hoon, el líder de la formación de Yoon, el Partido del Poder Popular, reclamó explicaciones y aseguró que “todos los responsables deben rendir cuentas”.
Tras haber declarado la ley marcial, el presidente, un exfiscal que llegó a la presidencia en 2022, decidió finalmente levantarla después de que 190 diputados accedieran a la Asamblea Nacional para votar en contra de la decisión. La Constitución de Corea del Sur estipula que la ley marcial debe levantarse si una mayoría del Parlamento lo pide.
Para justificar la ley marcial, la primera desde la instauración de un régimen democrático en 1987, Yoon dijo en un discurso solemne en televisión que había que “salvaguardar una Corea del Sur liberal de las amenazas que plantean las fuerzas comunistas de Corea del Norte”. Estados Unidos se felicitó de la decisión de rescindir la ley. Agencias