La Habana.— Integrantes del grupo de 30 artistas y creadores cubanos participantes en un inédito encuentro con autoridades del Ministerio de Cultura (Mincult), en el que exigieron el cese de la censura y la represión contra el gremio, ven posible seguir el diálogo pero lamentaron no ver aún demandas cumplidas.

La reconocida artista visual Tania Bruguera dijo en conferencia de prensa que el grupo llevó a la reunión, encabezada por el viceministro de Cultura, Fernando Rojas, varias demandas previamente consensuadas y aprobadas por el colectivo, como el derecho a la libertad de expresión y creación, y también a disentir.

El primero de sus reclamos fue la liberación del rapero Denis Solís, integrante del opositor Movimiento San Isidro, y con ese fin pidieron una revisión del proceso judicial por el cual fue condenado a ocho meses de cárcel por el delito de “desacato” en un juicio sumario, según explicó Bruguera.

El encarcelamiento de Solis desató una protesta pacífica —incluida una huelga de hambre— de un grupo activistas vinculados al Movimiento San Isidro, que se atrincheraron por más de una semana en una vivienda de la icónica Habana Vieja para pedir su excarcelación —entre otras reivindicaciones— hasta ser desalojados por la fuerza por efectivos policiales en la noche del pasado jueves.

La artista señaló que pidieron a Rojas que “ejerciera su poder y sus contactos con el Ministerio del Interior para salvar la vida de un artista cubano, que es su responsabilidad”, pero “creemos que ha sido roto ese pacto”, luego de que les comunicara que debían presentar un recurso legal.

El colectivo, que incluyó como invitados al cineasta Fernando Pérez y al actor Jorge Perugorría, refirió que entre los resultados de las conversaciones con el Mincult está la posibilidad de abrir un canal de diálogo entre las instituciones y los artistas.

Anoche, decenas de manifestantes del exilio cubano en Miami se congregaron frente al icónico restaurante Versailles, de la Calle Ocho, con girasoles en las manos, banderas cubanas y estadounidenses, y camiseta con las siglas MSI, en apoyo al movimiento y para exigir la libertad del rapero.

Entre los inconformes estaban el activista Ramón Saúl Sánchez, y la líder de Cuba Decide, Rosa María Payá.

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