Más Información
"Agradecemos al señor Nemesio Oseguera"; ayuntamiento de Coalcomán, emanado de MC, agradece al "Mencho" por entrega de juguetes
Sheinbaum se reúne con Lemus; “trabajar al estilo jalisco es en coordinación con la federación”, expresa gobernador
Operativo Enjambre: Cabildo intentó legalizar fuga de alcalde de Santo Tomás de los Plátanos tras zafarrancho; alcalde electo sigue prófugo
¡No estaba desaparecida! Jirafa del Zoológico de Sinaloa habría muerto desde el 15 de septiembre; aseguran que falleció de causas naturales
IFT buscaba entregar más de 2 mil licitaciones del espectro radioeléctrico; concesiones no cumplen con cobertura: Pepe Merino
Revés al INE, juez niega retirar suspensión definitiva a reforma judicial; da 48 horas para acatar sentencia
Nueva York.- Con el llamado para apagar la luz eléctrica durante 60 minutos, millones de habitantes de unos 200 países participarán este sábado en La Hora del Planeta , convocada para reflexionar sobre el acelerado cambio climático provocado por la actividad humana.
Durante 60 minutos, de las 20:30 a las 21:30 horas, acorde con el huso horario de cada ciudad, hogares, empresas, edificios públicos y monumentos emblemáticos apagarán sus luces conectadas a la energía eléctrica, en un ejercicio voluntario a favor de la conservación ambiental.
“Amamos este planeta y todo lo que vive en él. Únete a nosotros y, juntos, empecemos conversaciones nunca antes mantenidas sobre la naturaleza y la diversidad única de la vida con la que compartimos nuestro hogar”, es el llamado para ser partícipes de La Hora del Planeta.
Impulsado por el Fondo Mundial de Vida Silvestre (WWF, por sus siglas en inglés), y con respaldo de la Organización de las Naciones Unida s, el movimiento da continuidad a las acciones iniciadas en 2007, cuando por primera ocasión se realizó en la ciudad australiana de Sidney.
El 31 de marzo de aquel año, Sidney apagó sus luces en un llamado para el uso eficiente de los recursos y la adopción de medidas para mitigar las emisiones contaminantes, acción que además del diálogo sobre el problema ambiental, derivó en un ahorro de 10 por ciento en el consumo habitual de energía eléctrica.
“La naturaleza proporciona alimentos, aire limpio, agua y muchos otros beneficios… pero el cambio climático y la pérdida de ecosistemas y biodiversidad amenaza este bienestar”
, cita otro de los llamados para unirse a millones de personas en el mundo que, al tiempo de apagar la luz eléctrica, al menos por ese lapso conversan sobre la importancia de la naturaleza.
Mapas virtuales reflejan el efecto visual sobre el globo terráqueo: cómo las luces se apagan conforme avanza el huso horario. Es una invitación a la celebración ambiental, que puede hacerse a la luz de una vela, con grupos de amigos, a nivel de empresa o institución, “porque no podemos tener un futuro próspero en un planeta agotado”.
“La naturaleza nos importa a cada uno”, sostiene WWF en su sitio donde expone algunas formas de participación y recuerda que es la naturaleza la que “proporciona las bases para nuestra prosperidad económica”.
Desde dar seguimiento en redes sociales a las acciones que se difunden, colocando un cartel que promueva el movimiento, agregando un banner a sitios web, o impulsando la suma de acciones, como la comunidad ciclista de la capital peruana, que organizó una rodada en apoyo a La Hora del Planeta.
“Ahora es el momento de construir para crear un movimiento más amplio para proteger y restaurar la naturaleza”
, según WWF.
El movimiento ambientalista ha crecido en forma paulatina. De una ciudad con la que arrancó en 2007, al año siguiente sumó 400 de 35 países, y para 2009 fueron cuatro mil 159 de 88 naciones incluyendo la Ciudad de México por primera ocasión.
En forma paulatina creció hasta sumar 188 países y territorios en 2018, con un alza exponencial por el uso de redes sociales y la participación de embajadores e influenciadores, señalan datos de WWF, la mayor organización independiente para la conservación.
La suma de monumentos emblemáticos destaca cada año. Entre otros, han participado el Opera House y el Harbour Bridge de Sidney, las Torres Petronas de Kuala Lumpur, las pirámides de Egipto, el Parlamento de Londres, la Sagrada Familia de Barcelona, el Cristo Redentor en Brasil, y el Palacio de Bellas Artes en México.