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Madrid.— La convocatoria de elecciones anticipadas en España para el 28 de abril pone fin al mandato provisional de Pedro Sánchez y abre las puertas a la incertidumbre, ya que ningún partido ibérico alcanza la mayoría suficiente para gobernar en solitario, según las encuestas.
Independentemente de cuál sea el resultado electoral, los expertos advierten que España será difícilmente gobernable si no se soluciona antes el conflicto generado por el desafío independentista en Cataluña.
Precisamente, Sánchez se vio abocado a adelantar los comicios generales al fracasar en su intento de convencer a los partidos nacionalistas catalanes para que votaran a favor de los presupuestos generales del Estado.
A cambio de su respaldo en el Parlamento, los separatistas habían pedido al presidente de gobierno que negociara el derecho a la autodeterminación de Cataluña, a lo que Sánchez se negó.
“Dentro de la Constitución todo, fuera de la Constitución nada”, alegó Sánchez para rechazar la propuesta del independentismo catalán.
El gobierno de Sánchez nació hipotecado por la minoría parlamentaria del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), apenas 84 diputados de 350. Por ello, los socialistas necesitaron siempre las alianzas parlamentarias para poder gobernar.
Sánchez llegó al poder luego de impulsar una moción de censura que fue respaldada en junio de 2018 por una mayoría parlamentaria contra el entonces presidente de gobierno Mariano Rajoy, quien se vio obligado a dimitir.
Sin embargo, la mezcolanza de partidos que apoyaron a Sánchez para desbancar a Rajoy, entre ellos la izquierda antiliberal de Unidos Podemos y los partidos nacionalistas vascos y catalanes, impidió que los socialistas contaran con la estabilidad necesaria para gobernar, sin sobresaltos durante los nueve meses que permanecieron en La Moncloa.
“España no merecía quedar varada por los intereses particulares de quienes sólo tiran de crispación para hacer oposición. Llámenme clásico, pero sin presupuestos no se puede gobernar”, dijo Sánchez en su comparecencia.
Criticó a la oposición por bloquear los presupuestos socialistas, mientras hacía un balance más que positivo de su corto mandato, destacando la consolidación del crecimiento económico y la creación de empleo.
Sánchez aseguró que los españoles deberán decidir el 28 de abril si dan pasos hacia atrás o avanzan en la España progresista, en referencia a la amenaza de una posible victoria de la derecha española.
Las encuestas señalan que el PSOE sería la primera fuerza electoral con 24% de los votos, por delante del derechista Partido Popular (21%), el centro-derechista Ciudadanos (18%), la izquierda antiliberal de Unidos Podemos (15%) y la extrema derecha de Vox (11%).