Nueva York.— El uruguayo Luis Almagro fue reelecto ayer como secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA), que bajo su dirección registra divisiones entre sus miembros, sobre todo en torno a cómo resolver la crisis política y económica que afecta a Venezuela.

El diplomático logró una cómoda victoria con 23 votos, mientras la otra candidata al puesto, la excanciller ecuatoriana María Fernanda Espinosa, obtuvo 10.

Cada aspirante necesitaba conseguir al menos 18 votos de 34 miembros activos de la OEA para tener el cargo; 33 votaron ayer porque Dominica no participó.

Almagro tendrá la tarea de intentar unir a un organismo que por años ha sido visto por algunos como más fiel a los intereses de Estados Unidos que a los de la región. La elección ocurrió a pesar del llamado de varios países latinoamericanos a postergar el proceso debido a la rápida propagación del coronavirus. Muchos de los presentes, incluido Almagro, llevaban máscaras, guantes o ambos.

Portavoces de la OEA dijeron que la reunión fue organizada siguiendo los parámetros que dictan los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades, conocidos como CDC en Estados Unidos.

Excanciller de Uruguay bajo el gobierno de José Mujica (2010-2015), Almagro, de 56 años, asumió el puesto en 2015 por cinco años. Se espera que ahora lo mantenga hasta 2025.

“Sigo siendo el secretario general de 34 Estados miembros, mismos que definitivamente deben sentirse representados con el trabajo que realizamos en defensa de los cuatro pilares de la organización”, expresó tras la votación.

Polémica

Como líder de la OEA, Almagro presentó informes detallados acusando al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, y a su gobierno de quebrantar la democracia y violar los derechos.

Su posición hacia ese país generó división en el organismo, que en junio de 2019 aceptó a Gustavo Tarré, representante de la Asamblea Nacional venezolana encabezada por el líder opositor, Juan Guaidó, como representante permanente.

Guaidó afirmó en Twitter que la ratificación del uruguayo en el cargo “demuestra que la región comprende que la lucha contra el autoritarismo es fundamental”.

Sin embargo, varias naciones criticaron la presencia de Tarré en la sala. Además, la embajadora de México ante la OEA, Luz Elena Baños, cuestionó a Almagro después de la votación diciéndole que “actúa como Estado miembro y no como un facilitador”.

También señaló que la credencial de Tarré “no cumple con los requisitos necesarios” para formar parte del organismo.

La cómoda elección de Almagro significa “una fuerte reafirmación del hemisferio en apoyo a la democracia”, mencionó Eric Farnsworth, vicepresidente de la Americas Society and Council of the Americas, un foro de educación y debate sobre la región.

Destacó que Almagro ha sido una figura que polariza por sus fuertes críticas a países como Venezuela o Nicaragua, pero, señaló, es normal que eso genere controversia: “Venezuela es la peor crisis humanitaria en la historia moderna de Latinoamérica”.

María Fernanda Espinosa, quien fue propuesta para el puesto por Antigua y Barbuda y San Vicente y las Granadinas, aseguró durante su campaña que ya era hora de que una mujer liderara la plataforma de diálogo político tras siete décadas de historia.

Almagro fue propuesto por Colombia como candidato a jefe de la OEA, y el secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, lo felicitó.

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