La contaminación por es un problema que requiere una solución urgente: no sólo afecta ríos y mares, sino la salud de las personas a través de los microplásticos que, se ha demostrado, están presentes en el cuerpo humano.

Frente a este problema, América Latina y El Caribe tiene la oportunidad de asumir el liderazgo no sólo en el combate de este tipo de polución, sino incluso en la búsqueda de alternativas, en el impulso de una “industria verde”, afirma, en entrevista con , el biólogo colombiano Juan Bello, Director Regional para América Latina y el Caribe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (). Destaca el caso de México, donde, dice, se espera lanzar una gran iniciativa para poder asegurar que en los próximos años todas las playas y costas de México estén libres de contaminación por plásticos.

En el marco del Día Mundial del Medio Ambiente, que se celebra este 5 de junio y cuyo tema es “Sin contaminación plástica”, Bello expresa su optimismo de cara a la reunión que se realizará en Suiza en agosto con la idea de lograr un tratado internacional, vinculante, para reducir la contaminación mundial por plástico.

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P. En 2024, el mundo generó alrededor de 400 millones de toneladas de desperdicios plásticos. Se prevé que la cifra se triplique en los próximos 25 años y los países en desarrollo son de los principales generadores, así como afectados. ¿Qué es lo que está fallando para hacer llegar el mensaje del impacto que tiene esta basura en el planeta?

R. Los plásticos han sido fundamentales para el bienestar material que tenemos actualmente como seres humanos. Uno mira cualquier producto que se utiliza en todas las industrias y siempre tiene plásticos, y es algo que está ligado a nuestro modelo de desarrollo. El problema está con la forma como esos plásticos están siendo dispuestos y la mala gestión y falta de una visión del ciclo de vida del plástico.

Uno de los principales desafíos es acelerar la eliminación de los llamados plásticos de un solo uso, aquellos que usamos sólo una vez y los mandamos a la basura.

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P. Menos del 10% de la basura plástica se recicla. ¿De qué modo se está trabajando con empresas, con gobiernos y la sociedad civil para que haya una mayor cultura del reciclaje? ¿Qué reacción está recibiendo de las empresas que se dedican a la producción de estos plásticos de un solo uso? ¿Hay resistencia, o más bien propuestas?

R. De todos los plásticos que se han producido y se siguen produciendo, sólo una pequeña porción son reciclables. Es una de las razones por la que el reciclaje de los plásticos en este momento no alcanza a superar el 9 o 10%. Tan solo un 25% de los plásticos que se producen están diseñados para poder volver a ser utilizados en el sistema.

El PNUMA ha estado estableciendo alianzas, sobre todo una en la cual hay 500 grandes industrias de todo el mundo, en la que se está avanzando en la adopción del enfoque de economía circular y el ciclo de vida de los plásticos para hacer ese cambio, que los plásticos puedan ser más reciclables.

Del otro lado, se está avanzando en el trabajo con los gobiernos nacionales, subnacionales, municipales, en todas las políticas públicas que ayuden a mejorar las formas y mecanismos para un mejor reciclaje.

También se está avanzando en las negociaciones del acuerdo, el instrumento vinculante internacional, intergubernamental para combatir la contaminación por plásticos, incluyendo en el medio marino. Ya se está en la fase final de estas discusiones, y allí se plantea tener un involucramiento total, un compromiso total de los productores, en primera medida, y también de los consumidores de plásticos, y de esa forma lograr el enfoque de economía circular. Se espera que en agosto de este año tengamos un acuerdo internacional vinculante en donde el sector privado y todos los actores involucrados de la sociedad van a estar presentes y poder tener un nuevo marco para abordar y actuar sobre esta problemática que es tan grave.

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P. De acuerdo con los estimados de la propia ONU, en el marco del Día Mundial para el Medio Ambiente, 11 millones de toneladas de desechos plásticos, se calcula, terminan cada año en lagos ríos y mares. Estamos hablando del equivalente a mil 89 torres Eiffel. ¿Cuál es el impacto que eso tiene en todos estos mantos acuíferos? ¿Cómo afecta a las personas en el día a día?

R. Cuando recorremos América Latina, cuando visitamos las playas de la región, cuando vamos por las carreteras, cada vez es más evidente la cantidad de basura plástica que hay. De basura en general, pero especialmente basura plástica. Es un problema visible, tangible.

Las comunidades más vulnerables, las de menos ingresos en nuestra región son las más afectadas por la contaminación, entonces también se vuelve un tema de justicia social, de justicia ambiental.

Mucho del plástico en su recorrido como desecho mal manejado, mal gestionado, cuando alcanza las fuentes de agua, hay un primer impacto que es muy concreto y que es muy frecuente en América Latina y El Caribe; más aún ahora con eventos climáticos más extremos, donde tenemos periodos de lluvia mucho más intensos, inundaciones. Los plásticos taponan los canales y tuberías de desagüe de las ciudades y empeoran el problema de las inundaciones. Todo el alcantarillado en la región, cuando están mal gestionados los plásticos, se colapsa.

Cuando llega a las playas y a los ecosistemas marino-costeros, se observa claramente un impacto para las comunidades por ejemplo que dependen del turismo, porque obviamente playas contaminadas no son atractivas para el turismo. Y es cada vez más frecuente tener playas contaminadas.

En la medida en que el plástico continúa ese recorrido, se empieza a fragmentar, a partir, y empiezan a formarse microplásticos, nanoplásticos, que entran en la cadena alimenticia, en el suelo, pero sobre todo en el mar. Ya en este momento, cada vez que hacen una prueba a un ser humano sobre la presencia de plásticos en la sangre, en los pulmones, incluso en la leche materna, ya se encuentran microplásticos. Es decir que nosotros, en los alimentos que ingerimos, estamos ya consumiendo microplásticos. Incluso en el aire, por eso también puede llegar a los pulmones. Por eso se vuelve un tema de salud en donde si bien es menos tangible, está presente y todavía no tenemos total claridad sobre todos los impactos que eso puede tener en la salud humana.

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P. ¿Existe suficiente conciencia a nivel de la sociedad acerca de la presencia y amenaza que son los microplásticos?

R. Realmente no. Es parte de la razón por la que este Día Mundial del Ambiente 2025 está dedicado a este tema. Es una oportunidad para darle visibilidad a la problemática y hacer un llamado a la acción. Es un tema donde todos, de los gobiernos a las industrias y cada uno de nosotros, puede actuar, pero necesitamos que la sociedad en general, que cada persona, en cualquier rincón de nuestra región pueda tener mucho más conocimiento de lo que implica la contaminación por plásticos y de por qué es fundamental abordarla.

P. En el caso específico de México. De acuerdo con cifras de 2023 del gobierno mexicano, se estimaba el consumo per cápita de plásticos en 66 kilogramos por habitante al año. México genera, además, unos 5.7 millones de toneladas de residuos plásticos al año. Esta contaminación, además del impacto en la salud humana, genera la muerte tortugas, tiburones ballena, aves marinas, entre otras especies. Desde su cargo, ¿cómo se ve el panorama en el país? ¿Hay señales de esperanza?

R. Lo que vemos desde el PNUMA, para el caso concreto de México, pero también de muchos países de América Latina, es que los gobiernos de la región están dándole una gran importancia a este tema y lo ven como uno que debe ser abordado, y están definiendo políticas, planes, programas. En ese marco, en México se espera lanzar una gran iniciativa para poder asegurar que en los próximos años todas las playas y costas de México estén libres de contaminación por plásticos.

Tenemos allí una señal de esperanza. Además, en la región se está avanzando mucho en la adopción de políticas y normativas para eliminar los plásticos de un solo uso. Esto es algo que en México y a nivel de todos los estados y municipalidades podría acelerarse aún más. México es un país enorme, con grandes industrias, pero también con un gran consumo de plásticos; representan una buena parte del consumo de plásticos y del desecho de plásticos de América Latina y El Caribe, cuando los ponemos en porcentajes. Es un número significativo. Por eso, se requiere reforzar el trabajo para atender esta problemática en un país como México.

Así que, por ahora, lo que vemos es optimismo con la forma como el gobierno y los estados en México están reconociendo la importancia de esto y están acelerando la acción, pero creemos que no debemos bajar la guardia y debemos asegurar que haya un mayor compromiso por parte de todos los actores de la sociedad. Por ejemplo, que el sector privado en México esté mucho más comprometido, y que la ciudadanía tenga mucha más conciencia, para poder hacer esos pequeños cambios de elección en la forma como manipulan, usan, y cómo exploran otras alternativas al plástico.

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P. Volviendo al tema del tratado. ¿Ustedes ven que América Latina pueda convertirse en pionera, en impulsora en esta lucha por la adopción del tratado y contra la contaminación por plásticos?

R. La región está participando muy activamente en esta negociación internacional y, sobre todo, América Latina y El Caribe está teniendo una voz muy fuerte en temas como asegurar el ciclo de vida del plástico y la perspectiva de derechos humanos. Son dos elementos absolutamente importantes.

Tanto Ecuador como Perú han sido copresidentes de este proceso. Entonces podemos decir que este es un proceso que tiene un sello de América Latina y El Caribe muy fuerte.

En algunos países, sobre todo los productores de plásticos, hay reservas sobre las implicaciones que esto pueda tener, sobre todo en cuanto al impacto en las industrias y quienes dependen de la elaboración de productos plásticos o de sus derivados. Es un elemento que es parte de la discusión, pero más allá de eso, América Latina tiene toda la oportunidad de poder ser un líder en esa transformación, en demostrar cómo podemos tener territorios libres de contaminación por plásticos muy rápidamente, a través de una acción concertada. Y también tiene un enorme potencial de avanzar en toda la innovación que se requiere para tener industrias de productos alternativos al plástico, por ejemplo, para reemplazar los plásticos de un solo uso. Por ejemplo, cubiertos desechables hechos de materiales biodegradables.

Nuestra región por su biodiversidad, por su riqueza natural, tiene todo para poder mostrar esas alternativas y convertirlas en fuente de nuevos empleos, empleos verdes, empleos para jóvenes. Ese potencial está ahí.

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P. En el tema de la justicia social. ¿Hay acercamientos con las comunidades que son las más afectadas por la contaminación por plásticos, para involucrarlas en estas discusiones y diálogos, o con miras a generar iniciativas que les permitan mejorar su situación?

R. Sí. Es crítico. Para el PNUMA, desde sus áreas de trabajo relacionadas con gobernanza, con contaminación, siempre tenemos muy presente lo que significa la contaminación para las personas más vulnerables y con una mirada de no dejar a nadie atrás.

Se busca también tener canales para que las comunidades no solamente accedan a la información, sino participar en la formulación de soluciones y en la visibilización de las problemáticas.

En términos de la negociación de este tratado vinculante, es un tratado que está siendo discutido por los países, y los países en esa medida reciben los insumos de representantes de comunidades, de los recolectores de basura, del sector privado, pero la negociación como tal es entre países, entre Estados.

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P. En este tema, como en el del cambio climático, la ONU ha advertido que el tiempo se acaba. Tratándose del tema específico de la contaminación por plásticos, ¿ cuál sería el llamado desde el PNUMA en el marco de este Día Mundial del Medio Ambiente? ¿Cuál es el mensaje que desean mandar y que dé a la gente este sentido de urgencia?

R. La contaminación por plásticos materiales que demoran en el mejor de los casos siglos o milenios en degradarse, es un problema que se acumula. Llevamos desde mediados de los años 50 produciendo residuos plásticos. Son miles de millones de toneladas que se han acumulado en el ambiente y cada minuto que pasa vemos más basura que se acumula. En un sistema cerrado como es nuestro planeta, cuando se acumula y se acumula y se acumula tanta basura, va a llegar un punto en donde nuestros ríos, nuestros territorios, nuestros mismos cuerpos no van a poder aguantar más residuos plásticos.

Si pensamos que según los datos que tenemos el mundo está consumiendo cada día más plásticos, este es el momento de actuar y cambiar estas tendencias. No puede ser mañana, no puede ser en 50 años, cuando los problemas van a ser más graves y las soluciones muchísimo más costosas para la salud humana, la salud del planeta. Este es un problema que aún podemos enfrentar con los recursos que tenemos hoy en día a todos los nivelas. Cada uno de los actores de la sociedad podemos contribuir. Por ende, la gran invitación es: miremos a nuestro alrededor, reconozcamos que tenemos un problema, y miremos también cómo podemos ser parte de las soluciones.

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