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Washington.- Los terroristas de Al-Qaeda podrían convertirse nuevamente en una amenaza para Estados Unidos en apenas un año.
Así lo advirtió el general Mark Milley, jefe del Estado Mayor Conjunto, en una audiencia ante el Comité de las Fuerzas Armadas del Senado sobre el fin del despliegue de tropas estadounidenses de Afganistán .
Milley señaló que los talibanes, que el pasado 15 de agosto recuperaron el control de Afganistán, no han roto nexos con Al-Qaeda, el grupo terrorista responsable de los ataques del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos. Los propios talibanes, acotó, “eran y siguen siendo una organización terrorista”.
De acuerdo con el general, “un Al-Qaeda reconstituido o un Estado Islámico con aspiraciones de atacar Estados Unidos es una posibilidad muy real, y que esas condiciones incluyan actividad en espacios no gobernados podría ocurrir en los próximos 12 a 36 meses”.
Tanto Milley como el general Kenneth McKenzie, quien encabeza el Comando Central de Estados Unidos que abarca Afganistán, dijeron al Comité que personalmente habían recomendado mantener unos 2 mil 500 soldados estadounidense en Afganistán.
El presidente Joe Biden ordenó en abril la salida completa de las fuerzas estadounidenses de Afganistán antes del 11 de septiembre, siguiendo un acuerdo alcanzado con los talibanes por su antecesor en la Casa Blanca, Donald Trump .
Interrogado sobre si la retirada y la caótica evacuación de civiles de Kabul habían dañado la imagen de Estados Unidos, Milley dijo que aliados y adversarios estaban revisando “intensamente” la credibilidad de Washington. “Creo que 'daño' es una palabra que podría usarse”, señaló.
“Queda por ver si los talibanes pueden o no consolidar el poder o si el país se fracturará en una nueva guerra civil”, dijo Milley. “Pero debemos continuar protegiendo al pueblo estadounidense de los ataques terroristas que emanen de Afganistán”, dijo.
El secretario de Defensa, Lloyd Austin, quien también testificó, explicó que Estados Unidos “no comprendió completamente la profundidad de la corrupción y el liderazgo deficiente” en las fuerzas armadas afganas.
“Ayudamos a construir un Estado, pero no pudimos forjar una nación”, dijo Austin.
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“El hecho de que el ejército afgano, que nosotros y nuestros socios entrenamos, simplemente se haya desvanecido, en muchos casos sin un solo disparo, nos tomó a todos por sorpresa”, apuntó. “Sería deshonesto afirmar lo contrario”.
Austin reconoció errores en el puente aéreo final desde el Aeropuerto Internacional Hamid Karzai que comenzó el 14 de agosto, como una ola inicial de violencia en torno y en las cercanías del aeropuerto que provocó la muerte de muchos civiles afganos. Pero afirmó que el puente aéreo fue un logro histórico al sustraer a 124 mil personas al régimen talibán.
“Para ser claros, los primeros dos días fueron difíciles, dijo Austin, que es veterano de esa guerra. “Todos vimos alarmados las imágenes de los afganos que invadían la pista y se encaramaban a nuestro avión. Todos recordamos las escenas de confusión fuera del aeropuerto.
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Pero en 48 horas nuestras tropas restauraron el orden y el proceso empezó a consolidarse”.
vare/rmlgv