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Bruselas. Acapulco podría estar a punto de ebullición de no atenderse las necesidades básicas de los damnificados.
El desabasto de alimentos y de agua potable, desafíos existenciales que enfrentan miles de habitantes de la costa por el paso del huracán "Otis", son detonantes de conflictos.
La alerta aparece en el Reporte de Riesgo Ecológico 2023 publicado este miércoles por el Instituto para la Economía y la Paz (IEP) con sede en Sidney y oficina en Bruselas. El informe examina el deterioro medioambiental y las implicaciones para la seguridad en 221 países y territorios.
La investigación presentada en un foro virtual por Steve Killelea, presidente ejecutivo de IEP, sostiene que el aumento de la inseguridad alimentaria incrementa el riesgo de conflicto en un 36%, mientras que el desabasto del vital líquido dispara el peligro en 18%.
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La exposición a fenómenos naturales extremos, como tsunamis, terremotos, huracanes, inundaciones, sequías e incendios, también incrementan la probabilidad de que emerjan conflictos en un 18%.
Las estimaciones están basadas tomando como referente una medida de riesgo compuesta por múltiples indicadores y teniendo en consideración un cambio de puntuación equivalente al 25% en el territorio en cuestión.
“Las amenazas ecológicas aumentan el riesgo de conflicto, tanto en la actualidad como en el futuro”, indica el documento.
“El riesgo de conflicto es mayor en áreas con una historia de conflicto, falta de capacidades de recuperación e instituciones débiles”, puntualiza.
De acuerdo con el estudio, en la actualidad casi 4 mil millones de personas viven en zonas con inseguridad alimentaria alta o grave, la mayoría habita en los países de África Subsahariana. La situación se ha recrudecido por los efectos del cambio climático, el aumento de precios resultado de la pandemia, la crisis en la cadena de suministros y el conflicto iniciado por Rusia en Ucrania, están 33% por encima de 2016. El IEP estima que la población en riesgo podría escalar a 5 mil millones para 2050.
El acceso a los recursos hídricos también empeora. Aproximadamente dos mil millones de personas en el mundo no tienen garantizado el acceso a agua potable y 77 países enfrentan niveles de riesgo alto o grave. Además de África subsahariana, la presión por el vital recurso crece en Oriente Medio, el Norte de África, Rusia y Eurasia.
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La probabilidad de que las personas enfrenten catástrofes naturales va en aumento. Estima que más de mil 800 millones de personas viven en zonas muy expuestas a catástrofes naturales y existe la probabilidad de que más del 5% de los habitantes del planetas se vean confrontados con una catástrofe natural devastadora.
El documento advierte que si la comunidad internacional continúa actuando como en la actualidad, sin una acción concertada, los niveles de degradación ecológica en curso empeorarán sustancialmente intensificando los problemas sociales existentes, como la migración y el desplazamiento forzado. En la actualidad más de 108 millones de personas han abandonado su hogar de manera involuntaria.
El think tank sostiene que es probable que una gran mayoría de los desplazados acabe en ciudades, algunas de ellas ya con problemas de infraestructura, urbanización, escolarización, empleos y servicios.
El documento hace referencia a la Ciudad de México, la quinta más poblada, con 20 millones de habitantes y que para el 2030 espera que aumente a 24 millones.
Indica que el mayor reto de la megaciudad es el agua y su hundimiento, provocado por la extracción subterránea y la formación de vastas cavidades. Esto está provocando que algunas zonas de la ciudad se hundan a un ritmo de 50 cm al año.
“La gestión inadecuada, junto con la falta de infraestructura para recolectar aguas pluviales han provocado importantes pérdidas de agua por fugas, así como la mezcla de agua dulce con aguas residuales. En consecuencia, uno de cada cinco habitantes sólo tiene acceso al agua del grifo durante unas pocas horas al día”.
El instituto advierte que la creciente presión sobre los recursos de las ciudades probablemente conducirá a un incremento de la contaminación, los disturbios urbanos, y los asentamientos informales.
Más del 60% de los refugiados y el 80% de los desplazados internos viven en ciudades. La proporción de la población mundial que vive en zonas urbanas pasará del 54% al 70% en 2050.