San José.— Al advertir que el avance mundial del narcotráfico deterioró la legitimidad de las instituciones, atizó la violencia global y creó economías criminales, emisarios estatales antidrogas de América y Europa reafirmaron ayer en Colombia la urgencia de buscar estrategias bilaterales, hemisféricas y fronterizas para controlar la producción, el tráfico y el consumo de sustancias ilícitas y lograr una “efectiva” reducción de la oferta de estupefacientes.

Reunidos en la ciudad colombiana de Medellín en el “Primer Congreso Internacional Antidrogas: Un enfoque dimensional contra el narcotráfico”, los representantes de 23 naciones americanas y europeas coincidieron en que la lucha contra este fenómeno “afecta a toda la humanidad” y en que combatirlo es “una responsabilidad compartida”, por lo que la cooperación se reafirmó como el medio para enfrentar al flagelo.

El objetivo de la cita, que empezó el martes y concluyó ayer, fue “fortalecer y articular escenarios de aprendizaje, intercambio y adaptación de capacidades, con el fin de combatir el crimen y las rentas criminales, en esta incesante lucha”, dijo el brigadier general Fabián Cárdenas, director de Antinarcóticos de la Policía Nacional de Colombia, en una de las sesiones de trabajo,

“El apoyo internacional y las alianzas con pares en otros países han permitido diseñar e implementar una trazabilidad estratégica que permite contrarrestar el delito de manera transnacional, cerrando las brechas que históricamente los actores del narcotráfico han dejado”, subrayó.

Al encuentro acudieron delegados de Estados Unidos, Alemania, El Salvador, España, Francia, Guatemala, Reino Unido y República Dominicana, entre otros países, así como de la Oficina de la Organización de Naciones Unidas contra la Droga.

Por México asistieron autoridades de la Procuraduría General de la República (PGR) y de la Oficina Federal de Investigación Criminal.

La dirección Antinarcóticos de la policía colombiana informó a EL UNIVERSAL que el congreso debatió sobre las principales tendencias en producción, distribución, comercialización y tráfico de sustancias ilícitas y en las economías criminales de los distintos países, ya sean productores, consumidores o de tránsito.

Los participantes insistieron en la necesidad de permanecer unidos para contrarrestar un flagelo “que durante décadas ha alimentado la violencia a nivel global, deteriorando la legitimidad de las instituciones”. El problema del narcotráfico es una prioridad en las agendas políticas de las naciones, que centran su atención y reconocen la necesidad de implementar estrategias bilaterales, hemisféricas y fronterizas para el control de producción, tráfico y consumo de estupefacientes, para que la lucha contra el negocio ilícito sea grupal y de acción global y efectiva para su reducción, indicó.

El congreso alertó de “la amenaza creciente” de las drogas sintéticas. La dirección calificó de “preocupante” lo que expuso como “aparición rápida de sustancias psicoactivas de origen sintético” en el mercado colombiano, donde se manufacturan para su comercialización.

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