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Texto: Aída Castro Sánchez
Diseño web:
Miguel Ángel Garnica
Hoy Día de los Santos Inocentes recordamos algunas noticias de los usos y costumbres de la vida capitalina surgidas en las primeras décadas del siglo XX, las cuales parecían una broma pero no lo eran, incluso muchas de estas prácticas eran discriminatorias y excluyentes.
“ Inocente palomita que te dejaste engañar” es un verso que se acostumbra decir cuando hacemos una broma el 28 de diciembre.
“Esta fecha constituía un medio delicioso para efectuar bromas inofensivas y hacer tontos a nuestros semejantes. Se pedía prestado dinero, una alhaja o un objeto insignificante de valor. Si el “ inocente ” lo entregaba le era devuelto con adornos y listones pequeñitos” escribió Gustavo Casasola.
Una de estas noticias se publicó en las páginas de este diario el 2 de febrero de 1921 cuando la Compañía de Luz y Fuerza solicitó al Ayuntamiento capitalino ayuda ante el peligro de agotarse la energía hidráulica por la disminución rápida y peligrosa del agua en el río que alimenta a la planta Necaxa.
La compañía pidió tomar algunas medidas para economizar la luz en la ciudad, por ejemplo, que en las noches de luna se suspendiera el alumbrado eléctrico de las calles y apagar las luces de las calles Cinco de Mayo y San Francisco, en el hoy Centro Histórico.
De no realizar alguna precaución la empresa advirtió que en tres meses la metrópoli podría quedarse a oscuras y sin tranvías eléctricos.
Calle del Nacional Monte de Piedad donde se ve un tranvía, cuyo paso se vio amenazado por un apagón eléctrico en 1921. Imagen publicada en El Universal Ilustrado en 1924.
Otra propuesta que buscó proteger las buenas costumbres y la moral surgió el 16 de enero de 1926, cuando el Ayuntamiento de la Ciudad de México anunció un reglamento para las pulquerías y reducir el número de expendios que había en la capital.
Esta ordenanza prohibió que las mujeres desempeñaran labores de limpieza en las pulquerías y el acceso de niños, de no acatar la disposición serían clausuradas.
También se les impuso un horario especial, como colocar persianas en todas las puertas para que el público no mirara el interior de los expendios y no se permitía escuchar música en su interior.
Dibujo de una típica pulquería elaborado por el artista mexicano Ximénez. Publicado en El Universal Ilustrado el 10 de noviembre de 1927.
Por su parte, el actor Pepin Pastor propuso una iniciativa al Cabildo Metropolitano para que hombres y mujeres se sentaran por separado en las salas de cine “con el fin de que los novios ya no asistieran a estos lugares y no realizaran sus conquistas valiéndose de la penumbras de las salas”.
El 26 de enero de 1922 esta iniciativa buscó disminuir la clientela en las salas cinematográficas . Pastor señaló que la apertura de ellas estaban “matando” al teatro y los actores tenían que salir en su defensa con esta campaña.
Fachada del cine Manuel Briseño, ubicado en la colonia Guerrero.
Otro acuerdo que surgió en la capital fue la ocurrencia del presidente municipal de Iztacalco, Eligio Rosas el 29 de marzo de 1924.
El alcalde decretó que los indígenas deberían usar pantalón y de no hacerlo serían arrestados.
El funcionario argumentó: “que el uso del calzón ya estaba retirado de las costumbres modernas”. La disposición causó inconformidad entre los indígenas porque dijeron que además de ser pobres no podían trabajar en las labores del campo con pantalones.
También hubo una campaña oficial contra el huarache y la tilma . El 22 de abril de 1926 el Gobierno del Distrito dictó que los pobres no podían transitar libremente por la Avenida Madero, sin caer en las garras de los vigilantes y la sanción de la Ordenanza del Gobierno.
Los comerciantes dijeron que estos prejuicios afectarían a su clientela fuereña porque se irían a comprar a otras avenidas y enviaron al gobernador del Distrito un memorial en el que pedían anular la medida o se extendiera a la ciudad.
Caricatura publicada en EL UNIVERSAL el 24 de abril de 1926 y que hace referencia al impedimento de caminar en huaraches por la calle Madero.
El 5 de abril de 1929 José Manuel Puig, jefe del Departamento del Distrito Federal, quitó la “facultad” que tenían ciertos empleados de imponer multas a los que infringían los reglamentos de policía y buen gobierno. Sólo cuatro personas quedaron autorizadas para imponer multas.
A partir de la fecha en que se publicó dicho reglamento en el Diario Oficial no tendrán facultades para multar: el jefe del departamento de Tráfico, Comisarios, la Oficina de Gobernación del Departamento, comandantes de policía , oficiales subalternos , gendarmes , motociclistas, agentes de tráfico, entre otros.
El Día de los Santos Inocentes donde se hacen bromas tiene un origen sangriento de acuerdo con los relatos religiosos. Esta fecha es recordada la matanza en contra de decena de niños menores de dos años que vivían en Jerusalén por órdenes del rey Herodes, de acuerdo con la Iglesia católica.
Que no lo sorprendan y cuide que no le pidan dinero o algo de valor porque en las costumbres populares mexicanas es un día para bromear, quizá no le devuelvan lo prestado y le apliquen el verso: “Inocente palomita que te dejaste engañar”.
Imagen comparativa:
La foto antigua corresponde a una pulquería capitalina de principios del siglo XX y pertenece a la Colección Villasana-Torres. La actual es de la pulquería “la hija de los apaches” (2017), del Archivo/El Universal.
Imagen principal:
Foto tomada de El Universal Ilustrado del 26 de marzo de 1925.
Fuentes:
Archivo y Hemeroteca de El Universal
6 siglos de Historia Gráfica de México 1325-1976
de Gustavo Casasola.
Semanario Desde la Fe