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Texto: David Pineda
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Miguel Ángel Garnica
"Posiblemente este hombre es absurdo. Sin embargo es menos absurdo que el rey, que el vanidoso, que el hombre de negocios y que el bebedor. Al menos, su trabajo tiene un sentido. Cuando enciende su farol , es como si hiciera nacer una estrella más, o una flor. Cuando apaga su farol, se duermen la flor o la estrella. Es una ocupación muy linda . Es verdaderamente útil porque es linda", escribió Saint-Exupéry en su obra literaria El Principito (1943).
La consigna de este oficio era encender las farolas cuando empezaba a pardear la tarde. Era un trabajo de mucha disciplina y fidelidad. Así lo describe Fredy Pérez Botija en la canción Farolero : “Yo sería farolero/ si tú te hicieras farola/ que me espera por las noches/ encendida pero sola”.