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Para vecinos de la colonia Buenavista, la prostitución en la zona, que ha operado durante muchos años, puede ser propicia para que mujeres venezolanas que se han asentado en casas de huéspedes en los alrededores sean víctimas de explotación en su intento por ganarse la vida en la capital.
Hace aproximadamente un año comenzaron a registrar el arribo de familias y personas venezolanas, entre otras nacionalidades, que encontraron en las casas de huéspedes un espacio fácil de habitar, como ocurre con el inmueble ubicado en la calle Juan Aldama y Pedro Moreno, cateado por la Fiscalía General de Justicia (FGJ) de la Ciudad de México tras el feminicidio de Susej y Stephanie, cuyos cuerpos fueron encontrados en la zona de Topilejo, en la alcaldía Tlalpan.
En la colonia hay hermetismo, pues vecinos aseguran no haberse enterado de los operativos; sin embargo, para ellos es común convivir con áreas de trabajo sexual.
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Los vecinos y comerciantes han visto transitar a mujeres migrantes y, de acuerdo con el testimonio de una residente que tiene un puesto de dulces cerca del edificio sede de la alcaldía Cuauhtémoc, han visto el cambio en algunas de ellas.
“Se les está haciendo fácil, cada quien se gana la vida como quiere, verdad, y con eso, ojalá sí estén ganando dinero, porque si se los quitan, pues no…”, refirió la comerciante quien prefirió guardar el anonimato.
En un recorrido realizado por EL UNIVERSAL en la zona, se observó que las actividades transcurrían de manera normal en el inmueble en donde presuntamente la fiscalía capitalina halló indicios para la investigación del feminicidio de las dos mujeres venezolanas.
Por fuera, el edificio se ve inhabitable, pero conforme pasaron los minutos, arribó una pareja y salieron dos mujeres, quienes se perdieron entre las calles de la colonia.
La mayoría de las personas que ingresaban al inmueble eran migrantes, y lo hacían rápidamente, sin abrir por completo la puerta. Incluso los vecinos señalaron que no dejan entrar a desconocidos y quien quiera pedir información lo debe hacer vía interfón.
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Anteriormente este inmueble era un hotel, pero dejó de operar como tal y al dejar los cuartos amueblados, los rentan como casa de huéspedes.
Estas casas se ubican sobre las calles Juan Aldama, Zaragoza, Enrique González Martínez y Arista, todas habitadas por migrantes venezolanos, en su mayoría.
Durante el recorrido se observó a un hombre en motocicleta preguntando a uno de los residentes de Pedro Moreno si durante el operativo las autoridades se habían robado algo, pero el sujeto respondió que no y entró cargando un peluche grande sobre su espalda.
Según los testimonios de los vecinos, cuando se retiró a las sexoservidoras de las afueras de la sede del PRI capitalino se trasladaron a Puente de Alvarado, Revolución, Zaragoza y la avenida Hidalgo.
Una de las personas consultadas contó la historia de una mujer que arribó de Chiapas, presuntamente era víctima de trata, pues la veían con un sujeto que la procuraba; posteriormente, la vieron con el resto de las mujeres que se dedican al trabajo sexual en la zona de Buenavista.