Mariana, de 37 años, narró que por más de cinco años sufrió violencia vicaria, ya que su pareja sentimental le arrebató a sus hijos de cuatro y cinco años por más de medio año, causándole un daño físico y sicológico.
“Me da gusto que más mujeres puedan saber que este tipo de violencia tiene un nombre y que no están solas. Mi entonces pareja utilizó a mis hijos para hacerme un daño durante meses, amenazándome que ya no me los iba a dejar ver o que incluso les haría daño”, dijo a EL UNIVERSAL, luego de las reformas a la Ley de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, donde se incluye la violencia vicaria, la cual entró en vigor la semana pasada.
Detalló que su expareja también utilizó a su familia para comunicarle que sus hijos estaban mejor sin ella, y si bien tuvo un problema de alcoholismo, ella pudo recuperase antes de que le quitaran a su pequeños.
“Todos los días era un sufrimiento, todo estaba lleno de amenazas de esta violencia vicaria. Incluso su familia trato de alejarme de todo y, ante denuncias, nunca me dejaron ver a mis hijos y fue hasta que una juez reconoció mi situación y que las acciones eran violencia que se ejercía contra mí todos los días y que me hacía un daño físico y mental”, señaló Mariana.
Pendiente en el Código Penal
Luego de incluir el término de violencia vicaria en la Ley de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, la presidenta de la Comisión de Igualdad de Género del Congreso local, la morenista Ana Francis López Bayghen Patiño adelantó que en el siguiente periodo de sesiones buscarán que este término quede en el Código Penal y en el Código Civil Familiar para tipificarlo como delito.
Cabe mencionar que en la ley se indica que la violencia vicaria es cuando el hombre provoca la separación de la madre o mujer con sus hijas e hijos a través de la retención, para manipular, controlar a la mujer o dañar el vínculo afectivo, que ocasionen o puedan ocasionar un daño sicoemocional hasta la muerte.
“Tendremos que trabajar con el Código Penal y el Código Civil Familiar para incluir este tipo de violencia en el siguiente periodo de sesiones, pero por lo pronto en la ley de acceso —y la cual ya tiene casi 20 años desde que se aprobó—, pero hace 15 años era muy difícil entender lo que era la violencia economía, patrimonial, comunicaria, y es que es muy importante tener la violencia vicaria en nuestra ley madre”, explicó en entrevista con EL UNIVERSAL.
Agregó que una vez aprobada esta reforma se debe reconocer atender, visibilizar y prevenir la violencia vicaria, por lo que ahora jueces y elementos policiacos deben identificarla, y deben ser capacitados con cursos que ofrece la Secretaría de las Mujeres de la Ciudad.
“La importancia de esta reforma a la ley es que reconoce la violencia vicaria como una violencia de género y cómo vulnera el derecho de las mujeres y de las infancias a vivir una vida libre de violencia. (...) Después seguirá colocarla en el Código Penal, colocarla en el Código Familiar, pero son, digamos, los siguientes pasos, lo que es importante ahora es este inicio y que le demos seguimiento entre todos”, abundó.
Dijo que se tiene que analizar la pena a quien cometa violencia vicaria, pero que el objetivo, reiteró, es visualizar este tipo de violencia y prevenirla, “para que la fiscalía, la policía y las autoridades del tribunal, jueces y juezas reaccionen rápido para que comprendan que esto es una violencia de género”.
Se reducen muertes violentas, indican las autoridades
El pasado 24 de noviembre, la fiscalía capitalina indicó que hay una reducción de 35% en la tasa de muertes violentas de mujeres, entre 2019 y 2022, lo que la colocó a la Ciudad como la quinta entidad a nivel nacional con mayor disminución de muertes violentas por cada 100 mil mujeres.
En tanto, al comparar enero-octubre de 2022 con el mismo periodo de 2019, se revela que las muertes violentas de mujeres —en las que se incluye feminicidio y homicidios dolosos donde la víctima es mujer— han disminuido 31%, ya que bajó de 163 casos en 2019 a 111 en 2022.
Explicó que, en ese mismo periodo, disminuyó 22% la incidencia de feminicidios y aumentó en 42% el número vinculados a proceso.