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“A veces es un horno ahí abajo, porque luego no encienden los ventiladores de los vagones y en horas pico se llena de gente y uno siente que no respira”, expresó Nadia, usuaria de la Línea 3 del Metro.
Con una sensación térmica máxima de hasta 37 grados, el interior del Sistema de Transporte Colectivo (STC) es uno de los sitios donde se registran las temperaturas más altas.
“La mayor concentración de calor definitivamente es el transporte público. Es en el tren en las líneas subterráneas, encierran el calor. Su propio calor, ante el uso de los vagones que van y vienen todo el día y obviamente produce calor. Si a eso le agregamos que tenemos una temperatura ambiente de 30 grados centígrados en los paneles del Metro, tenemos una elevación de entre cuatro y cinco grados de sensación térmica hacia arriba”, explicó Guillermo Ayala, director general de Alerta Temprana de la Secretaría de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil, en entrevista con EL UNIVERSAL.
Comentó que los “37 grados es el rango más alto que se ha logrado medir en la primera ola de calor. Fue la semana antepasada, precisamente en la línea azul en la parte del centro, donde baja en San Antonio Abad. Esos picos se dan entre las 12 del mediodía y las siete de la noche”, detalló.
En un recorrido realizado por la Línea 2, se pudo observar a los usuarios sudando, con expresiones de hartazgo, bebiendo grandes cantidades de agua en los vagones, retirándose prendas o usando algún abanico para hacer aire y aminorar el ambiente sofocante.
En estaciones como Pino Suárez e Hidalgo se instalaron puntos de hidratación para los usuarios, quienes hicieron largas filas para tomar un vaso de agua antes de continuar con sus trayectos.
“La verdad sí es un alivio porque los trayectos son muy largos y en algunas partes, sobre todo las que van abajo, como subterráneas, se concentra mucho el calor entre tanta gente”, mencionó Tania, quien tomó unos momento para hidratarse en Hidalgo.
