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“Lo peor es que nadie nos avisó con tiempo. Me enteré del cierre cuando ya estaba en la estación Chilpancingo. Había niños, adultos mayores, todos caminando sin saber qué hacer. Fue un caos total”, relató Manuel Ruiz, usuario habitual del transporte, durante la protesta de la CNTE que paralizó la línea 1 del Metrobús y dejo a miles de usuarios varados.
En su doceavo día de manifestaciones, docentes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) provocaron un colapso en la movilidad en la capital al bloquear la avenida Insurgentes Sur, una de las principales arterias viales de la Ciudad de México.
Como parte de sus exigencias de aumento salarial y la abrogación de la Reforma del ISSSTE de 2017, los profesores se apostaron en distintos puntos estratégicos, afectando edificios corporativos y tomando accesos clave.
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Uno de los bloqueos más severos se registró a la altura del número 853 de Insurgentes Sur, en la colonia Nápoles, alcaldía Benito Juárez. Ahí, los docentes instalaron un plantón con sillas, lonas y pancartas, interrumpiendo completamente el tránsito vehicular en ambas direcciones y dejando inoperante un tramo crucial de la Línea 1 del Metrobús, que corre de Indios Verdes a El Caminero.
Las autoridades capitalinas cerraron siete estaciones del Metrobús, desde Chilpancingo hasta Ciudad de los Deportes, lo que dejó a miles de usuarios sin opciones de transporte entre las 9 de la mañana y las 3 de la tarde.
“Tuve que caminar más de siete kilómetros para llegar a mi trabajo en Perisur. Perdí una junta importante y llegué agotada. Entiendo que los maestros luchen por sus derechos, pero también deberían considerar el impacto que tienen en la gente que solo quiere llegar a su destino”, expresó Laura Mendoza, oficinista afectada por el cierre.
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