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Luego de sobrevivir a la tempestad provocada por el huracán Otis y vagar por días en las calles de Acapulco comiendo basura y buscando refugio entre los escombros de la ciudad guerrerense, Stinky es hoy un perro sano, rehabilitado y forma parte de los más de 300 lomitos que resguarda la Brigada de Vigilancia Animal (BVA) de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC), que están a la espera de un hogar.
Stinky llegó a las instalaciones de la BVA enfermo, con heridas múltiples e infecciones, pero fue rescatado y atendido.
Así como Stinky, los perros que alberga la cuadrilla son en su mayoría víctimas de accidentes, abandono y principalmente maltrato animal por lo que son rescatados, atendidos y rehabilitados para que sean adoptados.
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Mónica Ballesteros, directora general de la BVA explicó que se especializan en atender perros lesionados ya sea en accidentes automovilísticos peleas o maltratados por sus dueños; pasan por un proceso de revisión médica donde permanecen en cuarentena para después comenzar a interactuar con otros de su especie.
Después, comienza un proceso de espera en el que cada domingo se invita a la población a interactuar con los perros en sus instalaciones, ubicada sobre Manuel Ávila Camacho esquina con Anillo Periférico con la intención de que la ciudadanía los adopten.
“Vénganse a adoptar uno (…). Es importante recordarle a la ciudadanía y sugerirles que adopten. De todos los que tenemos aquí alguno va a ser el indicado para ustedes”, expresó.
Los elementos de la brigada recuerdan historias de otros lomitos, como Godo, quien sufrió un machetazo en una de sus patas delanteras hace aproximadamente dos años y eventualmente se recuperó y ahora se encuentra esperando a una familia que lo adopte.
“Godo es el perro más feliz y es el único que no sabe que le falta una pata, es uno de nuestros perros más activos y convive y juega con los demás aunque antes tenía graves problemas de comportamiento por el mismo maltrato que sufría”.