Tezoyuca, Méx.— El ir y venir de vehículos se ha reducido en los últimos días. Los clientes también han dejado de hacerles la pregunta habitual: “¿Cuánto?”, y las respuestas no se han escuchado tan seguido.
Diana, Vanessa y Mayra tal vez no se conozcan entre sí, pero tienen mucho en común. Las tres se dedican al sexoservicio. Varios días a la semana se instalan sobre la carretera Texcoco-Lechería, que se ha convertido en una zona roja diurna.
Diana está a la altura del poblado de Tequisistlán, en Tezoyuca. Vanessa, cerca de la entrada principal a San Salvador Atenco, y Mayra en el límite de ese municipio con Chiconcuac.
Diana, con ojos grandes, característicos de la gente de la Perla Tapatía, está parada al lado de un hotel que quién sabe si tenga alguna estrella por su calidad. Entre nerviosa y desconfiada, sonríe ante los pocos conductores que se detienen frente a ella.
La contingencia del Covid-19 también ha afectado a esta actividad. “No los atendemos si vienen con un poco de gripita, les tenemos que decir que no, usamos gel antibacterial y si vienen con cubrebocas, no pasamos, estamos rechazando un poco de gente”, contó Diana.
“Casi no hay actividad, no hay muchos clientes y a mí me dijeron los federales que desde el lunes ya no nos dejarán ponernos por lo del coronavirus. No sé qué va a pasar, tal vez yo venga, pero vestida de otra forma para poder trabajar porque tenemos que sacar para los gastos”, dijo Mayra.