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A dos semanas de haber sido inauguradas las obras de rehabilitación de la Glorieta de Insurgentes, están cerrados al público los tres nuevos espacios que fueron habilitados como un biciestacionamiento, un módulo de la Policía Turística y un laboratorio de derechos humanos, en el bajopuente de la estación de la Línea 1 del Metrobús.
Aunque ya fueron equipados, dichos espacios están acordonados y sin servicio, debido a que las obras no han sido entregadas y aún se trabaja en algunos detalles, comentaron uniformados de la Policía Turística y encargados de comercios establecidos que hay en el lugar.
“Deberíamos estar ahí adentro, pero todavía no entregan las obras. Ya están casi listas, a lo mejora las entregan mañana o en el transcurso de la semana”, comentó un elemento de la Policía Turística, quien junto con su compañero, hacía guardia en el área del bajo puente de la estación del Metrobús.
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En esa área, que anteriormente era ocupada por personas en situación de calle e integrantes de colectivos de la comunidad LGBTTTIQ+, fue habilitado un módulo de Policía Turística, donde 120 elementos de ese agrupamiento realizarán acciones de seguridad en la zona; un biciestacionamiento semimasivo, con una superficie de 154 metros cuadrados y capacidad para 99 bicicletas, y un Laboratorio de los Derechos Humanos, sobre una superficie de 645 metros, el cual estará a cargo de la Sibiso.
El pasado 30 de septiembre, a marchas forzadas, la anterior administración capitalina entregó esas obras, durante un acto público en el que fueron inauguradas las obras de rehabilitación de la Glorieta de Insurgentes, donde se requirió la intervención de diversas dependencias, para recuperar ese espacio público que había caído en deterioro desde la contingencia por la pandemia del Covid 19.
“Los trabajos se hicieron en un tiempo récord, alrededor de 60 días para ejecutar los trabajos”, destacó durante la inauguración, el entonces director de Construcción de Obras Públicas, de la Secretaría de Obras y Servicios, Carlos Arceo.
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Sin embargo, durante un recorrido realizado este domingo, se observó esa área acordonada, y se constató que dichos espacios están cerrados, sin personal dentro y aún hay material y herramientas de construcción tirados en el exterior de los módulos, mientras que la rampa de acceso al biciestecionamiento está cercada con una barra de plástico color naranja.
En la explanada de la Glorieta de Insurgentes hay vigilancia, pero es menor a la que se registró antes de la inauguración, pues ayer sólo había seis policías, dos de ellos de la Policía Turística, aunque la presencia policiaca ha impedido que se instalen puestos de ambulantes.