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La gente regresó al viacrucis sin pensar en la pandemia, solo en la fe.
está llena, los accesos son difícil para el tránsito.
Hay puestos por todos lados, comida, sombreros, periscopios.
Para el señor José Luis hay mala organización, se alcanza a ver y escuchar poco la escenificación.
Sin embargo, que se haya permitido el arribo de las personas “es muy bueno”.
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Y es que con el paso de la tarde, los accesos son más difíciles, se puede caminar poco, la gente está amontonada. Se desesperan.
Algunos se avientan para poder pasar otra calle en donde puedan ver mejor el recorrido.
Agua, refrescos, puntos de hidratación, mucha comida, puestos de diferente índole.
Cordones amarillos delimitan al público de la zona por donde pasará Cristo , pero poco importa, se saltan, buscan verlo lo más cerca posible.
Así ocurren las primeras horas en esta edición 179 de la representación de Semana Santa .