La jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum Pardo, se reunió ayer con el grupo feminista que instaló la Antimonumenta Justicia en la exglorieta de Cristóbal Colón y con las mujeres indígenas que apoyan la colocación de La Joven de Amajac para consensar la convivencia de ambas figuras en Avenida Paseo de la Reforma.
Previamente en conferencia, Sheinbaum Pardo aclaró que no han impuesto la instalación de La Joven de Amajac frente a las peticiones de otros colectivos, sino que el Comité de Monumentos y Obras Artísticas en Espacios Públicos de la Ciudad de México (Comaep) determinó que convivan en el mismo lugar.
“Tenemos dos reuniones, una reunión con mujeres indígenas que han estado pidiendo a La Joven de Amajac, pero antes una reunión con las personas que me la pidieron [el colectivo Frente Amplio de Mujeres que Luchan] (…) Es la convivencia para reconocer colectivos, pero al mismo tiempo reconocemos la solicitud de las mujeres indígenas, de nuestra parte no habido una cerrazón ni mucho menos, al contrario, lo que decimos es que hay que reconocer ambos”, aseguró.
Horas más tarde, tras salir de la reunión donde estuvieron la presidenta de la Comisión de Derechos Humanos, Nashieli Ramírez; el secretario de Gobierno, Martí Batres, y el subsecretario de Gobierno, Ricardo Ruiz, el colectivo Frente Amplio de Mujeres que Luchan señaló que solicitaron que la Antimonumenta se quede en la exglorieta de Cristóbal Colón sin la convivencia de La Joven de Amajac.
Señalaron que las autoridades no mostraron renders de cómo podría haber convivencia, sino que fue un primer acercamiento para explicarles que hay un grupo de mujeres indígenas que quieren colocar la escultura.
“La jefa de Gobierno calificó que tenemos falta de voluntad para dialogar, ya que dice que nos limitamos a decir ‘no’.
“Más bien lo que nosotras queremos entender es que no estamos haciendo una petición de que se quede la antimonumenta, y el secretario de Gobierno, Martí Batres, quiere hacer parecer que hay dos bloques de mujeres pidiendo el espacio y no es así, creando oposición”, mencionó Argelia Betanzos, integrante del colectivo feminista, a esta casa editorial.
Por separado, el Movimiento de Mujeres Indígenas Originarias y Afrodescendientes acudió a la reunión y su postura fue de apertura al diálogo y a la convivencia con la escultura feminista.
Lanzaron un llamado a que se respete a las comunidades indígenas, pueblos originarios y comunidades afromexicanas.
“Merecemos que se respete nuestro derecho a la memoria histórica”, señalaron.
En ambas reuniones no hubo acuerdos; sin embargo, las autoridades se comprometieron a mostrar un proyecto conjunto para la convivencia, pero no mencionaron cuándo.
El pasado 26 de febrero, EL UNIVERSAL publicó que a dos años y cinco meses de que fue retirado el monumento a Cristóbal Colón de Avenida Paseo de la Reforma, la ocupación de este lugar se encuentra en vilo ya que, si bien hay la posibilidad de que puedan convivir dos esculturas en favor de la lucha de las mujeres y pueblos originarios, no se ha llegado a un acuerdo por parte de los grupos peticionarios y de las autoridades capitalinas.
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