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Naucalpan, Méx.— Los cobros inflados o las bebidas fantasma en bares y cantinas en su mayoría se quedan en el enojo de los clientes, pues a la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) este año solamente han llegado 155 denuncias a la oficina en la Zona Metropolitana, que comprende 19 municipios del Valle de México.
“¡Fue una cuenta inflada, no bebimos tanto y nos cobraron más de 3 mil pesos!”, afirmó Armando, quien el fin de semana acudió con un amigo a un bar ubicado en la zona de Cuatro Caminos.
“Por andar en la fiesta no discutimos, pero luego vi mi estado de cuenta y el tarjetazo estuvo potente”, expuso el joven profesionista.
En lo que va de 2023 Profeco Metropolitano, que atiende quejas de habitantes de municipios como Naucalpan, Tlalnepantla, Huixquilucan, Atizapán de Zaragoza, Cuautitlán Izcalli, Coacalco y Ecatepec, ha realizado 151 visitas de verificación de “comportamiento comercial en restaurantes y bares”.
De estas inspecciones, 135 se cumplimentaron, en dos casos hubo negativas de los establecimientos y 14 fueron con infracción.
Las principales sanciones aplicadas por Profeco son por falta de información en la carta, como el gramaje de alimentos, mililitros de bebidas y no exhibición de precios.
En el caso específico del bar Black Royce, en Naucalpan, donde fue encontrado sin vida el empresario Íñigo Arenas Saiz, Profeco informó que no cuenta con denuncias contra este establecimiento.
Operan disfrazados, señala asociación
En el Estado de México operan 70 mil bares, restaurantes y discotecas, de ellos cerca de 5% son antros disfrazados que funcionan de forma irregular en horarios corridos hasta las siete de la mañana y con espectáculos de contenido erótico sexual prohibidos en el Código Penal de la entidad, dijo Patricio González Suárez, presidente de la Asociación de Bares y Restaurantes (Asbar).
Estos antros pueden tener licencias y permisos para operar disfrazados de restaurante-bar “usando artimañas”, pero en realidad son table dance, que en el Estado de México están prohibidos desde la época del gobernador Eruviel Ávila en que se hizo una modificación al Código Penal, mencionó.
Patricio González señaló que en cuanto a la venta de bebidas adulteradas en antros, es facultad de la Profeco, de la Comisión para la Protección contra Riesgos Sanitarios del Estado de México (Coprisem) y hasta de la Secretaría de Hacienda con orden de inspección, revisar los sellos y marbetes en las botellas de las bebidas alcohólicas.
Comentó que aunque en el Estado de México no hay un reglamento de atención a clientes ebrios, los restaurantes y bares afiliados a las Asbar aplican su propio protocolo: ya no servir bebidas embriagantes a quien perdió el control de su comportamiento, tratar de hidratarlos ya sea con agua o agua mineral limón y sal, y en caso necesario llamar a un taxi.
“No podemos retener a un cliente que está ebrio, tampoco podemos evitar que conduzca su auto, porque no somos autoridad y si nos quedamos con el vehículo nos pueden acusar de robo”, agregó.
Al respecto, el jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Martí Batres, afirmó que se reforzarán los operativos de seguridad en la zona de Polanco, sitio donde se ubica el bar del que salió Íñigo Arenas, para luego dirigirse al Black Royce en el Estado de México.
“En esa zona donde está este lugar [de] donde salió este empresario, se van a estar haciendo varios operativos y hay otros en otros lugares de la Ciudad que se van a estar haciendo, estos no se van a dejar de hacer, pero estamos buscando hacerlos con la mayor precisión”, explicó el mandatario capitalino.
Con información de Frida Sánchez