Más Información
El importante golpe que se asestó a la delincuencia organizada luego del decomiso de casi tonelada y media de cocaína, ocupa a las autoridades locales ante un posible “ajuste de cuentas” por las perdidas millonarias que significó el retiro de las drogas de las calles de toda la metrópoli.
En este sentido, se confirmó que la sustancia ilegal pertenecía a una célula del Cártel de Sinaloa, la cual era encargada de surtir de enervantes a la capital.
Los trabajos de inteligencia, así como el cruce de información entre autoridades locales y federales, reveló que la droga decomisada se pensaba distribuir en las calles de las alcaldías Cuauhtémoc, Iztapalapa, Gustavo A. Madero, así como Cuajimalpa.
Además, otro cargamento —del que se tuvo conocimiento, pero no pudo ser interceptado— tuvo como destino final el Estado de México y Morelos, y también salió del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM).
Detalles
En ese sentido, trascendió que en la Ciudad de México existen por lo menos otras tres casas de seguridad pertenecientes a la célula de Sinaloa, el cual se ha establecido en la capital.
De igual manera, el trabajo de inteligencia destacó que nuevamente la Ciudad de México se ha convertido en una suerte de “corredor comercial” para las organizaciones criminales trasnacionales, pues, agregó, se han detectado compras millonarias de cocaína y fentanilo por parte de integrantes de los cárteles Jalisco Nueva Generación (CJNG) y de Sinaloa.
Ante este panorama y para evitar una situación más complicada, las corporaciones policíacas locales desplegaron a personal de inteligencia que trabajan como infiltrados en las filas de los grupos que operan en la capital.
El objetivo es tener la información de primera mano respecto a cuándo llegarían los “cargamentos” de droga. Para luego de eso, solicitar el apoyo de autoridades federales, principalmente de las secretarías de Marina (Semar), así como de la de la Defensa Nacional (Sedena), con el objetivo de lograr su decomiso.
Mientras, otro equipo mantiene un monitoreo constante en cuentas bancarias de personas ligadas a cárteles locales, ya que algunas se utilizan para el blanqueo de grandes cantidades de efectivo, dinero con el que se pagan los pedidos solicitados en la metrópoli.
Este trabajo ha permitido establecer que algunas de las reuniones se realizan en lugares públicos en Cuajimalpa, así como en la alcaldía Miguel Hidalgo.
Mientras que los lugares de almacenamientos se encuentran en puntos como Benito Juárez, principalmente en los alrededores de la colonia Del Valle y en Coyoacán, sobre todo en los fraccionamientos ubicados en las inmediaciones de Ciudad Universitaria (CU).
La expansión de las agrupaciones criminales apuntan también hacia la zona boscosa del Ajusco, en Tlalpan.
En aquella zona, sobre todo en las inmediaciones del poblado de Parres y las zonas altas del Ajusco, corresponde a efectivos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), luego de que se diera a conocer que en aquellos puntos vecinos y pobladores han reportado que por las noches circulan sujetos armados y que la policía capitalina no se ha desplegado, realizar los trabajos importantes de reconocimiento por todo el territorio.
