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mtropoli@eluniversal.com.mx
La Comisión de Derechos Humanos (CDH) de la Ciudad de México reconoció por primera vez la violencia obstétrica en contra de una mujer, quien en 2016 perdió a su hijo por falta de atención médica, y que a 34 meses de los hechos el cuerpo del bebé continúa en el Instituto de Ciencias Forenses (Incifo).
Al emitir la recomendación 05/2019 en contra de la Secretaría de Salud (Ssa) local, la Procuraduría General de Justicia (PGJ) y el Instituto de Ciencias Forenses, la CDH documentó 13 actos constitutivos de violencia obstétrica, además de violaciones a los derechos de las mujeres, tratos inhumanos en prácticas rutinarias e insensibles del personal médico, así como al acceso a la verdad y justicia.
Durante la presentación de la recomendación, la ombudsman Nashieli Ramírez dijo que los hechos que dieron origen a esta recomendación no son un caso ais- lado de violencia contra la mujer en la Ciudad, pues “son prueba de una violencia de género sistemática y estructural”.
Los hechos de la recomendación ocurrieron el 3 de septiembre de 2016 en contra de Raquel Taboada Arreola, quien acudió al Hospital General de Iztapalapa, pues tenía la fuente rota; sin embargo, personal médico argumentó que no le podía atender ya que se encontraban en una operación urgente.
A Raquel no le brindaron incluso facilidades o alternativas para poder atenderla, por lo que sus familiares tuvieron que tras- ladarla esa misma madrugada al Hospital Materno Infantil Inguarán en donde fue ingresada al área de tococirugía por más de nueve horas.
A las 11:30 horas de ese 3 de septiembre el hijo de Raquel presentaba aún signos vitales en el interior de su cuerpo; los médicos le prescribieron medicamentos para la conducción del parto y vigilancia cada media hora, sin que éstas se realizaran.
Horas después y pese a la insistencia de la víctima para que le realizaran cesárea, los médicos la trasladaron al quirófano y retardaron la operación 26 minutos, toda vez que el cirujano decidió atender a otra mujer que había entrado a la sala de expulsión del Hospital Materno Infantil, sin que fuera diagnosticada como urgente.
La directora del Hospital Materno Infantil destacó que el hijo de Raquel perdió la vida antes de la extracción completa del cuerpo de la madre, aunque el forense determinó que el cuerpo tenía 40 semanas de gestación, vivió tres días y respiró fuera del útero, por lo que el fallecimiento fue por “asfixia neonatorum”.
Las dependencias denunciadas en la recomendación deberán reparar el daño de la víctima y de su familia.