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“Los emos nunca nos fuimos. Hoy vinimos a hacer una marcha pacífica, con una intención, que no volviera a pasar lo de 2008 y que la gente sepa que luego de tantos años, seguimos aquí”, expresó Evelyn, una de las cientos de jóvenes que participaron en la Marcha Emo que fue convocada este sábado a 17 años de que se registrara aquella pelea entre emos y punks en la Glorieta de los Insurgentes.
Desde las 13:00 horas, adolescentes y jóvenes con ropa negra, maquillaje en tonos negro y blanco, botas largas, tatuajes, medias a rayas y camisetas con imágenes de sus grupos de música favoritos, comenzaron a congregarse a un costado del Palacio de Bellas Artes, listos para dar inicio a su recorrido, con destino a la Glorieta de los Insurgentes.
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La historia de este sitio es especial para los integrantes de esta tribu urbana, tras el enfrentamiento contra los punks, en un hecho que quedó grabado para el anecdotario de la Ciudad de México.

Aquel día hubo gritos, insultos y empujones entre ambos colectivos, pues mutuamente se acusaban de robar parte de su identidad. Elementos de la entonces Secretaría de Seguridad Pública, de la Policía Auxiliar e, incluso, un grupo de música Hare Krishna tuvieron que intervenir en el conflicto que, a pesar de resultar en saldo blanco, duró más de cinco horas de pura tensión.
Ayer, pese a que algunos integrantes de la movilización soltaron consignas como “Vamos a Chopo” o “Los punks están muertos”, el ambiente que se vivió fue distinto.
Durante varias horas, los jóvenes convivieron en armonía y júbilo en la glorieta, platicando, tomando fotos y videos, cantando sus canciones favoritas e, incluso, hubo algunos grupos que tocaron en vivo frente al contingente que cada vez se hacía más grande.
“Es algo muy hermoso el hecho de salir de nuestras cuevas y encontrar a un montón de gente que es igual a nosotros (...). Yo le dije a mi amigo: si no hay mucha gente nos vamos. Pero en verdad no esperaba tantas personas y tan buen ambiente”, comentó Gael, uno de los asistentes.
En un punto, los participantes de la Marcha Emo organizaron una “batalla campal” amistosa en el centro de la Glorieta de los Insurgentes, en la que se arrojaron botellas, latas, basura y agua, como una recreación divertida de aquella batalla que se vivió en este mismo lugar en 2008.
“Fue un día genial, a mí me tocó venir ese día cuando estaba muy chavo y nada que ver. Hoy fue pura buena vibra y diversión”, concluyó Armando, quien a pesar de haber dejado el estilo emo hace mucho, volvió al lugar a recordar viejos tiempos.