“Ha sido mucho el padecer en subir, bajar, volver a subir y bajar unidades. Desde que comenzó la etapa de Pantitlán y ahorita aquí en Cuauhtémoc, ha sido pesado. Ya que acaben y aunque sea por partes abran”, comentó a EL UNIVERSAL Eduardo Espinosa, usuario de la Línea 1 del Metro.
Pasajeros de la Línea Rosa coincidieron en que lo importante es que vuelva a operar toda la ruta, “aunque sea por partes”, ya que la espera ha sido bastante, pues las estaciones Balderas y Salto del Agua llevan más de dos años cerradas por las etapas de la modernización.
Mientras que para Oswaldo Larios es urgente que abran las estaciones que conectan con las líneas 8 y 3, las cuales son Salto del Agua y Balderas.
“Hay que andar buscando dónde salen los camiones, más la espera y el trayecto, es pesado. En hora pico es horrible. Y así hemos vivido dos años”, expresó.
Y es que uno de los proyectos emblema del Gobierno de la Ciudad de México que implicó la modernización de la Línea Rosa lleva más de dos años en obras.
Fue el 9 de julio de 2022 cuando el Metro cerró las estaciones Pantitlán a Salto del Agua para iniciar su mejora, y reabrió el 29 de octubre de 2023 sólo el tramo de Pantitlán a Isabel la Católica, permaneciendo cerradas Balderas y Salto del Agua para sumarse el tramo hasta Observatorio en un nuevo cierre que se dio en noviembre del año pasado y que a la fecha se mantiene.
“Es cansado, ya llevamos años padeciendo sus obras, y la verdad es que la línea sigue lenta, por lo menos la parte que abrió. Esperemos que ya que acabe todo se vean los beneficios realmente que a nosotros nos interesa, que vaya rápido y bien”, dijo Emanuel Santiago.
El jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Martí Batres, declaró el 13 de agosto pasado que existe la posibilidad de que abra por segmentos y se realice la reapertura próximamente hasta Balderas. De ser así, la estación Salto del Agua también volvería a operar.
“No se ve para cuándo abran toda la línea, pero que hayan dicho que dos estaciones, es ganancia. Falta ver cuándo será eso. Hasta el momento la línea va lenta, porque hay que esperar que pasen los trenes”, refirió Jacqueline Cid.
Durante el recorrido que realizó EL UNIVERSAL por la línea se contabilizó un promedio de hasta 10 minutos que esperan los usuarios dentro del convoy para que continúe su trayecto.
También al llegar a Isabel la Católica se tiene que descender para abordar una unidad de RTP que acerque a Observatorio. Y además hay largas filas de usuarios que esperan arribar a los camiones.
“A veces utilizo la Línea 9 que me deja en Tacubaya para acortar. El problema está que la Línea 9 también está mal, no funciona o va lenta. No queda más que subirse a la RTP”, concluyó Ricardo Sánchez.