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Ante la problemática de la gentrificación, integrantes de comunidades y barrios de la Ciudad de México pidieron un alto al racismo, respeto a sus costumbres, no ser desplazados de sus territorios de origen y poner énfasis en los pueblos originarios en el Bando Uno que publicó el Gobierno capitalino.
Durante el primer foro temático Arraigo Local: Identidad, Memoria, Cultura y Vida Cotidiana, integrantes de pueblos originarios alzaron la voz ante las injusticias que los afectan a causa de la gentrificación, las cuales van desde el desplazamiento de sus hogares por el encarecimiento de vivienda hasta la pérdida de sus costumbres.
“Hemos olvidado la profunda raíz de los pueblos originarios. Estamos en esta crisis justamente porque hemos olvidado y hemos occidentalizado los planes de desarrollo que teníamos. Antes, la cultura, los aspectos de la sociedad se basaban en la madre Tierra, en sus leyes”, advirtió una capitalina que hizo uso del micrófono. Por ello, pidió crear un plan de desarrollo basado en la tierra, bajo el modelo de la “comunalidad”.
Otra ciudadana, del pueblo originario de Iztacalco, advirtió que “hemos sido desplazados de nuestros propios pueblos”. Con más de 700 años de resistencia, dijo, los pobladores de Iztacalco están siendo desplazados, ahora con la llegada de extranjeros que rentan a precios muy altos. Por ello, dijo, “quisiéramos que al menos un 90% de todos esos departamentos fueran para los propios habitantes”.
Por otra parte, Susana Flores López, especialista en arraigo de comunidades indígenas, quien fue una de las panelistas, aseveró que lo interesante del arraigo es que “diversifica nuestras identidades”, porque va más allá de los discursos en los que se homogeneiza a la población.
Jóvenes piden que la vivienda no se vea como negocio
Con la finalidad de atender el fenómeno de la gentrificación y combatir la falta de vivienda entre personas de entre 18 y 29 años, jóvenes habitantes de la Ciudad de México exigen que se deje de mercantilizar y de ver como “un negocio” el derecho a la vivienda, y solicitan que se atienda la falta de vivienda para estudiantes a través de colaboraciones con universidades y de viviendas asequibles cercanas a los centros de estudio.
Perla, asistente, explicó que no basta con que haya vivienda, sino que también debe estar cerca de las universidades, con buenos espacios, con ventanas y que “se tome el derecho a la vivienda como espacios donde no solo se pueda vivir: eso no es una vivienda”.