Lo que fue presentado como una alternativa para impulsar la movilidad sustentable, hoy es motivo de preocupación para los ciclistas, pues consideran que la nueva ciclovía La Gran Tenochtitlan, que forma parte del proyecto de transformación de la calzada de Tlalpan podría ser peligrosa.
En un recorrido realizado por EL UNIVERSAL en el tramo de Lucas Alamán a la estación Metro Chabacano, donde se implementó una prueba piloto del proyecto, se constató que los ciclistas enfrentan diversas dificultades para incorporarse con seguridad a la calzada.
Uno de los puntos más conflictivos se encuentra en el cruce de la ciclovía con el bajopuente de la plaza Tlaxcoaque y su conexión con la avenida Chimalpopoca.
En esa zona, los ciclistas deben maniobrar para evitar vehículos que se incorporan a alta velocidad, en un tramo que, además, carece de semáforos y señalización clara. Es, precisamente, donde inicia la ciclovía, lo que complica aún más su uso.
“Es un riesgo entrar por aquí. Los coches no se esperan y no tenemos más opción que lanzarnos al cruce”, señaló Arturo Ramírez, ciclista habitual de la zona, quien denunció la falta de coordinación vial y la ausencia total de personal que oriente o controle el tránsito en ese punto.
La Secretaría de Obras y Servicios (Sobse) anunció la prueba piloto de lo que será la ciclovía La Gran Tenochtitlan en calzada de Tlalpan. La obra contará con una gran jardinera verde que dividirá al carril confinado del vial para seguridad del ciclista.
En redes sociales, la Sobse informó que como parte de este proyecto se implementó una prueba piloto para la ciclovía. “Esta acción busca fomentar la movilidad sustentable con una ciclovía segura, que eventualmente abarcará más de 30 km hasta la avenida Renato Leduc”.
Durante el recorrido que realizó esta casa editorial se constató que otro cruce peligroso es el de calzada de Tlalpan y la calle Alfredo Chavero, en el que grandes tráileres salen de patios de carga para incorporarse a la vialidad.
“Ese tramo es como jugar a la ruleta rusa”, comentó Mariana Ortega, usuaria frecuente de la ciclovía, al describir cómo las unidades de carga invaden el espacio asignado a las bicicletas, obligándolos a detenerse o cambiar abruptamente de carril.
Por el momento, el tramo que forma parte de la prueba piloto se encuentra delimitado por vallas de plástico naranjas por donde ya circulan decenas de ciclistas.
En su edición impresa del 25 de julio, este diario publicó que los trabajos de la ciclovía La Gran Tenochtitlan, que tendrá una extensión total de 34 kilómetros, arrancarán en una primera etapa de la estación Chabacano a Renato Leduc-Periférico. Posteriormente, en una segunda etapa la obra se edificará de la parte central de Chabacano a San Antonio Abad.
“En todo momento el ciclista va a estar muy protegido, va a tener una protección desde nuestro punto de vista suficiente para que en ningún momento el ciclista se sienta presionado de que el vehículo que pasa por un costado, esté muy cercano al carril. El confinamiento le va a dar seguridad vial al ciclista”, dijo el secretario de Obras y Servicios, Raúl Basulto.