En el contexto de los operativos para el retiro de ambulantes de la Alameda Central, Inés González Nicolás, secretaria de Trabajo y Fomento al Empleo (STyFE), hizo un llamado a los comerciantes para buscar para generar ingresos y acercarse a la dependencia para obtener otras herramientas, como capacitación.

En entrevista con , la funcionaria destacó que un empleo formal puede traer otros beneficios para el trabajador, como la seguridad social o mejores oportunidades para la familia.

“No solamente el comercio ambulante da recursos económicos para vivir, también el empleo. Quiero decirle a esas personas que ¿qué es lo que nos da seguridad de largo plazo? El trabajo. El ser un trabajador del comercio ambulante, vender lo que se puede vender, si se acaba la mercancía, se acabó el negocio. En cambio, el trabajo es un derecho que está en nuestra Carta Magna, que está en nuestras leyes, que está en los derechos universales de derechos humanos”, comentó.

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Agregó que el comercio en la vía pública suele ser una tradición que pasa entre integrantes de la familia a través del tiempo, por lo que a veces las personas que se dedican a estas actividades lo consideran “la mejor alternativa”.

“Deben saber que la Secretaría del Trabajo también los apoya para encontrar otro tipo de empleos, de ocupación, para generar ingresos para ellos y su familia. Y que aquí los podemos capacitar. La Secretaría del Trabajo, su tarea fundamental sustantiva es fomentar el empleo y avanzar en la formalización del empleo”, dijo González Nicolás.

Barreras

Consultados al respecto, adultos mayores comerciantes en la Alameda Central ven imposible encontrar un empleo formal, “pues en las fábricas, obras o tiendas no me aceptan porque me ven viejo”.

“A mi edad no voy a conseguir más que nada. En ningún lado cabría ni me aceptan por mi edad”, dijo Juan Torres, de 76 años, quien desde hace 15 vende refrescos y botanas en el lugar.

A un costado de la fuente Mujer con flores, Antonio Hernández contó que ha batallado para encontrar un trabajo formal por sus 68 años.

“En las obras voy a pedir [trabajo] y no me quieren dar porque ya tengo mis años. Ya no me quieren dar chamba y me ven para abajo, por eso no quiero ni me interesa”, indicó el vendedor de raspados.

“No sé hacer otra cosa y esto es lo mío, entonces nadie me lo va a quitar. Eso es un hecho”, añadió.

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Luis, de 73 años, y su esposa, de 68, salieron de Toluca para vender dulces y cigarros en la Alameda Central, pues en su pueblo sólo hay trabajo en la cosecha, y “ahora no es tiempo de siembra”.

“Y aquí en la capital todavía peor, no hay trabajo y nadie te da por la edad, que dices que estás viejo y luego no te quieren dar, no es como a los más chavos”, señaló Luis.

Tanto Luis como Antonio coincidieron en que además, al tener su propio negocio no hay hora de entrada ni de salida y tampoco tienen que ver por los intereses de un patrón, como sí lo harían en un trabajo formal.

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