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“Ya perdí todo ¿qué más puedo perder? Ya ni chillar es bueno, empezar de cero, nada más”, dice Julio César García, habitante de la colonia 20 de Noviembre, en la alcaldía Venustiano Carranza, a quien el drenaje colapsado por la fuga de agua que se registró hace una semana le quitó “más de 40 años de vida”, entre recuerdos y pérdidas materiales.
Aunque se le echó a perder su comedor, estufa, ropa, calzado y enseres, lo que más le dolió, expresa con la voz cortada, fueron las cenizas de sus papás, las cuales cayeron al agua negra que llegó a un metro con 20 centímetros de altura.
“¡Mis papás! ¡Se me cayeron!”, se escucha que dice en un video que mostró, el cual fue grabado minutos después de las 8:00 horas cuando se colapsó el drenaje.
El pasado 11 de mayo los vecinos de la colonia 20 de Noviembre se despertaron entre aguas negras, debido a que se registró una fuga en la lateral de Eduardo Molina, entre Choferes y Electricistas, en la alcaldía Venustiano Carranza, cuya presión provocó el colapso del drenaje de aguas negras ubicado a 1.80 metros de distancia.
A una semana del incidente, Julio continúa sacando algunos peluches, discos y cartones a la calle, para que se los lleve el camión de la basura. “Estoy sacando como más de 40 años de vida; aquí he habitado toda mi vida. Aquí viví con mis papás”, afirma.
Entre lo que se mojó de aguas negras, comenta, se encontraban documentos, un comedor, sillas, un aire acondicionado y trajes que utiliza para trabajar, entre otras cosas.
Debido a que el colchón también se empapó del agua con desechos, Julio durmió los primeros días en la casa de su hermano. “Pero como dice el dicho: el muerto y el arrimado a los tres días apesta, ¿no? Entonces ahorita duermo en mi carro y, bueno, en un departamento de aquí al lado que me prestan cuando se puede”.
Subraya que la aseguradora que representa a la Secretaría de Gestión Integral del Agua (Segiagua) de la Ciudad de México le notificó que la indemnización tardará de tres a cuatro meses, aunque inicialmente se dijo que tres semanas como máximo.
“Al principio no tenía ninguna explicación de nada con lo del seguro, hasta que les marqué y me dijeron que iba a tardar, mínimo cuatro meses, que por los documentos, por la terminología, que los rebotan, que juntan y demás”, dice.
Esto, después de que personal de la aseguradora acudió a su domicilio dos días después de la inundación y “se portaron muy pedantes, como si me estuvieran haciendo un favor. Nada más vieron por encimita, groseros y como que ya se querían ir”.
Vialidad cerrada
La lateral de Eduardo Molina, a la altura de Electricistas y Talabarteros cumplió nueve días cerrada debido a trabajos de reparación de la fuga y del drenaje; sin embargo, ya no hay personal laborando.
Una patrulla y una reja de la alcaldía Venustiano Carranza, apoyados por policías, continúan tapando el paso a vehículos.