El paro de los distribuidores de gas licuado de petróleo (LP) afectó a comerciantes, conductores de transporte público y amas de casa en la Zona Metropolitana del Valle de México, incluidos los estados de Hidalgo y Querétaro.
En los centros de distribución cerrados, ayer por la mañana, desfilaron cientos de personas para buscar rellenar cilindros para desarrollar sus actividades.
En la Ciudad de México, Dalia calentó la plancha sobre la que puso cuatro pechugas de pollo a dorar, con el fuego mínimo. Rogó porque el paro terminara pronto, pues sólo tenía 10 kilos en su tanque que le dura unas horas.
En el Oriente del Estado de México, Carlos Rivera estuvo formado durante ocho horas afuera de una estación de gas ubicada en la zona industrial de Nezahualcóyotl a la espera de que le llenaran el tanque del microbús en el que trabaja todos los días.
“Nos dijeron que va a haber, pero hasta que se resuelva bien el problema de las pipas que no dejan salir allá de las plantas”, dijo mientras se encontraba sentado en la unidad que ofrece el servicio de la colonia Vicente Villada, de Neza, al Metro Xola.
La propietaria reconoció que el martes escuchó que se podría registrar desabasto, pero no pensó que fuera un problema mayor.
“No puedo tener un cálculo de las pérdidas de hoy, porque depende de cuántos acudan a comprar comida, lo que sí es un hecho es que tuvimos que parar a la hora pico , entre 12:00 y 13:00, horario en que tenemos más clientes, además de perder tiempo en salir a buscar y gastar gasolina, que tampoco está barata”, expuso y consideró que el ajuste del precio es bueno.
Estas escenas se repitieron ayer en la Ciudad de México, Estado de México e Hidalgo, donde se concentraron las protestas de los distribuidores y comisionistas de gas LP, luego que el gobierno federal estableciera precios máximos de venta ante los incrementos que se han registrado en las últimas semanas.
Intentos fallidos
En la Ciudad de México, afuera de las gaseras llegaban vehículos, gente con diablitos, en motonetas y hasta con bolsas para recargar su cilindro, pero la respuesta fue la misma: “No hay servicio y quién sabe hasta cuándo termine el paro”, así les decían los despachadores quienes para evitar la vuelta dejaban un letrero.
Los microbuses que utilizan el gas LP no pudieron moverse durante el día. Cerca de 20 unidades de la Línea 12 que se concentra en los alrededores de la Terminal Central del Sur, en Taxqueña, sufrieron el desabasto. “Además de que lo venden todo bien caro y ni llenan los tanques, ahora nos tienen parados”, comentó uno de los transportistas.
El paro, que duró poco más de 14 horas, colapsó por momentos más de 50 negocios formales e informales y afectó a cerca de 100 mil familias de la metrópoli.
El sentir de los capitalinos afectados por la falta de gas fue generalizado, si bien dijeron que se vende a un precio elevado y urge regularizar el mercado, no estaban de acuerdo con las medidas de los despachadores.