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Con el caer de la noche el Zócalo capitalino se viste de blanco con la caída de nieve artificial que emociona lo mismo a niños que adultos.
"Órales, qué bonito, mamá. Parece el Polo Norte", gritaba Félix, de cuatro años, mientras buscaba atrapar con las manos la que nieve que cae desde las ocho máquinas instaladas en la plancha del Zócalo, las cuales simulan, con agua y aire comprimido, este fenómeno natural.
Félix, quien apenas podía hablar sin dejar de jugar con la nieve, recordó su película favorita, "El Expreso Polar", que de acuerdo con su mamá "ha visto fácil 10 veces nada más esta semana. Se la enseñó su papá la semana pasada y aunque todavía no entiende muy bien, no quiere ver otra cosa en la tele".
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La nieve artificial, que cae todos los días a partir de las 19:00 horas, en intervalos de aproximadamente 30 minutos es una de las atracciones de la Verbena Navideña, que se inauguró el pasado martes y concluirá el próximo 30 de diciembre. Además de un enorme nacimiento, 16 pastorelas y 56 conciertos, programados.
Al caer la nieve, decenas de niños y adultos corrieron para disfrutar de la atracción, que en pocos segundos pintó de blanco la ropa, coronas, gorros de Navidad y todo artículo que portaban los asistentes.
En el centro de la zona donde caía la nieve, tres niños se tiraron al piso para hacer "angelitos" y figuras, aunque sólo consiguieron manchar su ropa, que terminó repleta de pequeños puntos blancos.
Las niñas y niños que se encontraban en el lugar pedían a sus papás que los cargaran para no perderse de la sensación a "espuma", que incluso embarraban en sus manos y cara.
A su vez, los padres los ponían en sus hombros y, aunque la nieve caía en su rostro, se ponían frente a alguna de las máquinas para que los menores disfrutaran.
Navidad en el Zócalo de la Ciudad de México
"Se siente como espuma, como si te echaras jabón pero menos jabonoso. Puede ser que así se sienta la nieve en la vida real", señaló Sofía, una niña vestida de reina maga.
Por su parte, los adultos reían, y con la mirada hacia arriba, grababan la nieve que recorría desde la Plaza de la Constitución hasta el nacimiento gigante, que también se vistió de blanco por algunos segundos.
"Es una experiencia muy bonita. En mi caso personal no he tenido la oportunidad de estar en un lugar donde haya nieve, pero en las películas y por lo que me han contado amigos que han viajado a Canadá, se debe sentir muy bonito", indicó Carmen Ruiz.
A unos metros de donde cayó la nieve, cientos de capitalinos se tomaban fotografías en uno de los tres túneles luminosos que atraviesan la Plaza de la Constitución, mejor conocida como Zócalo.
Con series luminosas, que encienden principalmente de los colores de la Navidad: dorado, rojo y azul, las personas aprovechan para tomarse fotos con la galleta inflable de Jengibre, el Grinch, los Reyes Magos, Minnie Mouse y el águila del Club América, que consiguió el tricampeonato el domingo pasado.
"Mi esposo es americanista de hueso colorado y quería venir a tomarse una foto con el águila, y yo quería que me tomara una foto con las luces. Él es menos romántico", bromeó Citlali Gutiérrez, quien desde Iztapalapa llegó al tercer día de la Verbena Navideña.
A lo largo de este pasillo, los vendedores también quieren su Navidad, pues ofertan láseres en 150 pesos, gorros en 80 y bolas de cristal con ciudades nevando en el interior en 350 pesos.
Dentro del túnel luminoso, que también enciende en forma de arcoíris, fotógrafos ofrecen su servicio para que los asistentes se lleven su recuerdo de una Navidad en la Ciudad de México.
afcl/mcc